¿Roncas? Aquí van cinco comidas que te pueden ayudar

El ronquido es, junto al mosquito y al helicóptero que hacemos en la cama cuando hemos churrado demasiado, una de las peores cosas que pueden aparecer en medio del sueño. Se supone que la mitad de la población ronca frecuentemente y se supone que la otra mitad son cónyuges a punta de cortarse las venas. Como en Cocinatis creemos en el amor y en que unos pocos ruiditos nasoorales no pueden acabar con una feliz relación, os traemos cinco alimentos que pueden detener el ronquido.

Té. Oh, sí. Esta bebida reduce la congestión y las flemas y, tomada calentita, sus vapores pueden ayudar a disipar las mucosidades, drenar nuestras 'instalaciones olfativas' y, en general, reducir el riesgo de que demos un concierto en cuánto nos tumbemos en la cama.

Miel. Aquí tenemos el edulcorante perfecto para reducir el ronquido a la mínima expresión. Antiinflamatorio natural, la miel también nos echa un cable para suavizar la garganta, evitando que se alíe con nuestro apéndice nasal para que ronquemos como animales prehistóricos.

Cúrcuma. Otro antiinflamatorio que nos puede ayudar a que el aire fluya mejor por nuestra garganta y fosas nasales. También tiene interesantes propiedades antioxidantes por lo que incluir esta especia en la dieta solo nos traerá beneficios.

Pescado. Frente a la grasa de la carne roja, que puede provocar la inflamación de los tejidos nasales, están los ácidos grasos del pescado, que reducen cualquier tipo de inflamación. Por eso, a la hora de cenar es una buena idea cambiar un chuletón de carne roja por una dorada a la plancha.

Cebollas. Si eres de los que tenías una abuela que cortaba media cebolla para ponértela al lado en la cama cuando estabas constipado, ya sabrás que la cebolla tiene propiedades descongestionantes y puede ayudarte a que el aire fluya mejor por tus fosas nasales.