Los peores platos que uno puede encontrarse en Instagram

A todos nos gusta mirar en Instagram fotazas de comida: nos dejamos arrastrar por el 'food porn' y somos capaces de emocionarnos con platazos suculentos. Sin embargo, también hay gente que sube castañas de cuidado, recetas fallidas, desastres comestibles (o no) y demás basurillas salidas de los fogones. La web Cooking for Bae recoge toda esa moralla y la 'regramea' (es decir, la redifunde) y la verdad es que la selección de esta cuenta le quita el hambre a cualquiera... 145.000 seguidores avalan la cuenta en la que se cuelgan probablemente los peores platos del mundo. Hemos seleccionado 10 y les hemos dado 10 premios.

Premio al peor pollo. ¿Alguien se acuerda del parto de la serie V, en la que un personaje daba a luz a un bichejo medio lagarto/medio humano? Pues hay natalicios peores: por ejemplo, el de este pollo de la foto, que parece haber dado a luz una mezcla de ¿patatas?, ¿vegetales? El plato más chungo de ave de todos los tiempos.

Premio al peor taco. "Una manera como otra cualquiera de arruinar unas tortillas mexicanas", asegura en Cooking for Bae. Ketchup, un poco de atún y unas lonchas radioactivas de queso. Si hasta el plato es cutre, por Dios, ¿quién puede subir esto para presumir a Instagram?

Premio al peor amasijo. A-ma-si-jo. No se nos ocurre otra palabra para describir este plato. Patas de pollo atrapadas en un engrudo chunguísimo que pugnan por salir... pero que nunca lo lograrán. A ver quién tiene narices de hincarle el diente a esto...

Premio a la peor composición de colores. De verdad que nos gustaría saber qué demonios es esto. Sospechamos que es obra de alguien que llegó a su casa de madrugada perjudicado, hizo carne en una sartén y se volvió loco con las salsas. La blanca y la roja la toleramos, pero la crema verde da un mal rollo tremendo. Si hasta el tenedor parece estar incómodo ahí...

Premio "quiero arrancarme los ojos". Cuidado, porque mirar durante más de un minuto este ¿plato? puede conducirnos a una ceguera total. No sabemos si es un redondo de carne, un pan rebanado o qué otra historia... y la verdad, nos da igual. Lo que nos quita el sueño es qué es la cobertura que lleva por encima. Es un color que convierte al rosa de los pastelitos Pantera Rosa en el más discreto del mundo.

Premio "Oh, no, hay un vertedero en mi plato". Glups. Sí, hay un trozo de carne puesto al principio que, aislado del resto de elementos, podría ser salvable, pero lo que hay alrededor es tan terrorífico que lo transforma en una pesadilla.

Premio al peor arroz posible. Una cosa es discutir sobre si la paella lleva gambas o no. Y otra es hacer un arroz "con cosas" y, siendo ya poco apetecible, echarle por encima una crema pastelera. Y seguro que el que perpetró esto se quedó tan ancho, oiga.

Premio al mejor plato de ciencia-ficción. De repente suena tu teléfono: "Hola, ¿te vienes a mi casa a ver Alien vs. Predator y a comer después un plato inspirado en la película?". Aceptas y cuando acaba la peli, tu colega te casca este pollo encima de la mesa. ¿No lo vas a probar? Hombre, currárselo se lo ha currado...

Premio al pastel más infame. La chica que te gusta cumple años y te pones, manos a la obra, a hacerle un pastel para agasajarla. Cocinas esto, pensando que quizá el rosa sea su color favorito. No solo no vuelve a hablarte en su vida sino que difunde el rumor de que, en tus ratos libres, te vistes de Hello Kitty y escuchas a Celine Dion a todo volumen en la soledad de tu habitación.

Premio a "Mi perro también es cocinillas". Lo de estar unido a tu mascota está bien, pero que "remate" tus platos ya nos parece demasiado, ¿no?