NovaMás » Cocina

Bocadillos 'gourmets', canallas, clásicos, populares...

Pan con pan, comida de dioses (si pones algo en medio, claro)

Cada día se consumen en España miles y miles de bocatas. De todos ellos, solo unos pocos alcanzan la excelencia. De jamón, de calamares, de morcilla, os contamos cuáles son nuestros preferidos.

Publicidad

¿Qué tiene que tener un buen bocata para despertar a nuestras papilas gustativas cual jabalí asado a Obelix? Pues materia prima de calidad, una combinación de ingredientes salerosa (por ejemplo, queso y boquerones en vinagre, NO), buena mano y un pan como Dios manda. Como lo de los bocatas es muy, pero que muy relativo, aquí va una selección personal de los que más nos gustan. Para pringarse bien a gusto.

El de calamares de Bodega 1900 (Barcelona). A Albert Adrià le pirra la cocina de barra, clásica, con la que se disfruta a tope, con chupeteo de dedos incluido. Por eso, en su vermutería Bodega 1900 sirve un bocadillo de calamares, clásico y castizo a más no poder. En esta versión, depurada, se utiliza una barrita muy ligera, una mayonesa con un toque suave de ajo, una salsa picante que ellos mismos elaboran y lo más importante, “mucho más calamar que pan”, en sus propias palabras.

Bodega 1900. Tamarit, 91. Teléfono 933 25 26 59.

El de sardinas marinadas de Crumb (Madrid). Itamar Taub, el chef de este coqueto y exitosísimo restaurante de Madrid, hace su propio pan con masa madre. Utiliza luego ese sabrosísimo pan para dar forma a estupendos ¿bocadillos? ¿sándwiches? Da igual porque lo importante es que son de primera división. Cada mes hay alguna especialidad, como el de rabo de toro y en el menú son fijos algunos como el de sardinas marinadas o el pollo con guacamole. Como no podía ser de otra manera, están que crujen de buenos.

Crumb. Conde Duque, 8. Teléfono 915 48 41 29.

El de panceta ibérica de Sagàs (Barcelona). Oriol Rovira ha diseñado en Sagàs una chapata en la que cada uno de los ingredientes puede presumir de origen noble. La panceta ibérica es de Berguedà y el queso de La Quar, por poner solo algunos ejemplos. Una apuesta por el producto en perfecta sintonía con Els Casals, el restaurante de la familia Rovira, que lleva tres lustros ofreciendo cocina hecha a base de los productos que ofrece la tierra. Está ubicado por cierto, en Sagàs, de ahí el nombre de la sucursal barcelonesa.

Sagàs. Pla del Palau, 13. Teléfono 933 42 54 11.

El de morcilla de Moltto (Valencia). Llegar a Madrid Fusión y alzarte con el premio al mejor bocadillo no lo consigue cualquiera. Juan Casamayor logró convencer a un jurado en el que estaban cocineros triestrellados como Martin Berasategui o Eneko Atxa. Lo logró con su bocata Tierra Magra, típicamente valenciano, y que puede consumirse en su restaurante Moltto, ubicado en el centro de Valencia. Pan de cerveza, salteado de ajitos tiernos, habitas y morcilla de Montserrat, queso Brie fundido, lamas de pluma ibérica a la brasa y rúcula. Un plato completo entre dos rebanadas.

Moltto. Plaza de la Reina, 9, bajo. Teléfono 960 114 155.

El de embutido (el que sea) de La Garriga (Madrid y Barcelona). “Abrimos temprano y cerramos tarde pero, de momento, no tenemos cama”, advierten desde La Garriga, una empresa charcutera con tiendas en Madrid y Barcelona y que, sí, también sirven unos bocadillos de escándalo. Lo suyo sí que no tiene secreto: simplemente aprovechan los embutidos de primera calidad que tienen a la venta para preparar unos bocatas que crean adicción. Para desayunar, es simplemente lo mejor que uno puede meterse entre pecho y espalda. Sencillo, pero efectivos.

La Garriga. Jacinto Benavente, 8 y Mallorca, 272 (Barcelona). Teléfonos 93 201 45 97 y 93 487 47 65. Castellana, 153 y Serrano, 93 (Madrid). Teléfonos
91 570 01 39 y 91 564 64 93.

El de filete de ternera de San Wich (Madrid). Ellos dicen que sirven sándwiches de estilo chileno, otros los comparan con hamburguesas y la realidad es que son unos bocadillos de tomo y lomo. Algunos de ellos se llaman igual que célebres políticos del país sudamericano, como en el caso del ‘Barros luco’, de filete de ternera y mozzarella. San Wich ofrece excelentes pisco sour para acompañar sus sabrosos bocadillos.

San Wich. Hortaleza, 78 y Espíritu Santo, 3. Teléfonos 913 19 84 82 y 91 531 45 14.

El de sobrasada del Central Bar (Valencia). Cuando un chef se mete en un mercado a poner bocadillos, hay pocas dudas de que disfruta con la vertiente más popular del negocio hostelero. Es el caso de Ricard Camarena que, en el Central Bar del Mercado de Valencia, deleita a sus clientes con auténticas obras de arte, populares y barrocas, metidas en pan. Si tenemos que elegir, nos decantamos por el de sobrasada, bacon, queso y salsa de huevo frito, que él mismo denomina “canalla”.

Central Bar. Mercado Central de Valencia (Plaza Ciudad de Brujas, s/n).

El de chorizo frito de La Cantina del Tenorio (Burgos). En Burgos hay barras pinchos y bocadillos que son como la Capilla Sixtina del tapeo. Patatas bravas, montaditos de morcilla y bocadillos, sí, para perder las formas y ponerse púo. Entre nuestros favoritos, el de la Cantina del Tenorio. El churruskito con chorizo y rúcula es directamente para salir del bar bailando la Macarena.

La Cantina del Tenorio. Arco del Pilar, 10. Teléfono 947 26 97 81.

El perrito caliente de Aliatar (Granada). Para nombres míticos, el de este bar granaíno, a donde va la gente en procesión en busca de sus celebérrimos bocadillos. En una ciudad en la que quien más, quien menos, tiene un máster en tapeo, hay unanimidad en considerar el perrito caliente que aquí se sirve (en pan de barra, no en el habitual del hot dog) como una cosa de ponerse a llorar apoyando el codo en la barra. Ay...

Bar Aliatar. San Sebastián, 4. Teléfono 958 26 61 16.

El serranito del Menta (Sevilla). Elegir el mejor serranito de Sevilla preguntando a los lugareños es pedir peras al olmo. Este bocata hecho a base de filetes de pechuga de pollo o de lomo de cerdo, una o varias lonchas de jamón serrano y un pimiento italiano frito, es protagonista en tantos bares y tascas que cada uno tiene su favorito. Si tenemos que decantarnos por uno, que sea el del Menta, pero con la boca chica...

El Menta. Cueva de Menga, 4.

Publicidad