Los bulos corren como la pólvora a través de Internet. Los hay de todo tipo: afectan a marcas, a personas, a partidos políticos o a instituciones públicas.

Una vez que se comparten no hay marcha atrás. Un vídeo en el que un supuesto musulmán agredía a una enfermera de un hospital español alcanza ya casi los tres millones de visitas, en realidad la escena la protagonizó un hombre ebrio y ocurrió en Rusia.

Noticias que podrían ser reales como un muro en Valladolid que provoca 15 accidentes en una semana, pero que en realidad no existe. Y tampoco se está vendiendo carne de gato en Italia ni va a volver la mili obligatoria para menores de 25 años.

Existen perfiles en las redes que se encargan de desmentirlas. Uno de los creadores de uno de ellos explica por qué surgen las noticias falsas.

También desmienten que se le vaya a subir el sueldo a los presos, el supuesto veto al Islam de Japón o advertir que unas imágenes publicadas no corresponden a una fábrica de cerveza en Sevilla.