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A UNOS LES PILLAN Y A OTROS NO
Los hurtos en tiendas y supermercados han provocado pérdidas de casi 1.800 millones de euros en 2017
La mayoría de lo que se roba, se revende porque los productos que se evita pasar por caja no son de primera necesidad.
El año pasado, las pérdidas por robo en el gran consumo alcanzaron los 1800 millones de euros. El 20% de estos hurtos fueron realizados por los propios empleados. Lo que más se robó son productos que no son de primera necesidad, para después pasar a la reventa.
Sisar, mangar, robar... Hay mil formas de decirlo y mil formas de hacerlo, estas personas suelen ser ágiles y silenciosas.
Los ladrones son capaces de realizar un hurto en pocos segundos, da igual que tamaño tenga el producto. Cualquiera puede hacerlo. Por ejemplo, en las imágenes podemos ver a una mujer vestida de monja que roba bebidas con alcohol, lo que no sabemos si realmente es monja, o vestía un disfraz para no levantar sospechas.
Precisamente, en las tiendas de alimentación, el alcohol es lo preferido por los ladrones, eso y los embutidos. En textil, la ropa de adulto y en tecnología: accesorios, teléfonos y tabletas.
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