País Vasco

Detenido en Legutio, Álava, por construir chabolas para estafar a migrantes a los que empadronaba por 2.000 euros

El hombre de 63 años ha sido acusado de delitos de contra la inmigración ilegal y coacciones, entre otros. También, llegó a engañar a la propietaria de las chabolas, una mujer de 92 años que sufría problemas de audición.

Coches policiales de la Ertzaintza

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Un vecino de Legutio (Álava) ha sido detenido por los agentes de la Policía Nacional tras haber construido chabolas en la la localidad donde empadronó hasta a 40 inmigrantes, cobrándoles unos 2.000 euros por realizar él la gestión.

A este individuo se le acusa de delitos de favorecimiento a la inmigración ilegal, coacciones, estafas, allanamiento de morada y contra la integridad moral, según afirman fuentes del Ministerio del Interior a la agencia de noticias 'Europa Press'.

Las "chabolas" en las que vivía este grupo de inmigrantes eran construidas bajo el engaño de la propietaria, una mujer de 92 años que sufría problemas de audición, de la que se pretendía aprovechar el hombre que ya ha sido detenido. Para ello, lo que hacía este individuo de 63 años de edad era solicitarle grandes cantidades de dinero con las que poder hacer frente a las obras de construcción y así poder firmarle un "poder notarial" con el que poseía poderes de gestión sobre la vivienda. Con este mismo documento empadronaba de forma fraudulenta a los extranjeros, cuyo origen era principalmente magrebí.

El operativo de investigación comenzó en el momento en que los efectivos de la Brigada de Extranjería y Fronteras de Álava detectaron la existencia de chabolas ilegales que sobre la localidad de Urbina-Legutio, en la que residían decenas de migrantes. Además, resulta llamativo el hecho de las pésimas condiciones en las que vivían todos ellos, pues eran bastante insalubres.

Empadronaba a los migrantes a cambio de 2.000 euros

Alojando a migrantes que se encontraban en una situación de vulnerabilidad, el ya detenido empadronaba a estos en el Ayuntamiento de Legutio recibiendo a cambio cantidades que llegaban a superar los 2.000 euros. Además, les cobraba a todos por el alquiler de las "chabolas", en las que como ya hemos mencionado no existían buenas condiciones que hicieran habitable el alojamiento. Las pesquisas de la investigación pudieron afirmar con certeza que incluso residían menos personas de las que se habían empadronado. Lo que no pudieron constatar los agentes pero de lo que se sospecha es una posible acogida de niños en el asentamiento que no se habían escolarizado, acreditándose solamente una menor "perfectamente atendida y escolarizada".

Una de las últimas informaciones que se conocen sobre este caso de delito contra la integridad moral, entre otros, es que el individuo llegaba incluso a proporcionar su número de teléfono en varios locutorios de la capital alavesa, Vitoria-Gasteiz, con la idea de ofrecer empadronarpúblicamente a los extranjeros que lo necesitasen.

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