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El escritor peruano Mario Vargas Llosa, galardonado con el Premio Nobel de Literatura, ha dicho que éste "es un reconocimiento a la lengua española" y a la literatura latinoamericana, en el Instituto Cervantes de Manhattan.

"Este premio no es sólo un reconocimiento como escritor, sino también a la lengua española que es en la que escribo y que tiene mucha energía, es moderna y creativa", dijo el autor hispanoperuano, quien también agradeció "a España" porque "le ayudó a ser escritor".

En español, y a veces dando respuestas en inglés y francés, el autor de "La ciudad y los perros" se mostró "sorprendido" por haber recibido este reconocimiento internacional, del que dijo: "todavía no he tenido mucho tiempo de pensar en él... Me alegro mucho".

Destacó la importancia de la lengua española, que "es un vínculo que une a más de 550 millones de personas en el mundo", y que "también es un vínculo para unir tradiciones".

"Este premio es también un reconocimiento de la literatura latinoamericana, que ha ido adquiriendo una cierta ciudadanía en el mundo", subrayó.

Vargas Llosa, que también alabó la política educativa del Instituto Cervantes por tener el "acierto de enseñar español en todas sus ricas variantes", tuvo palabras de agradecimiento para España porque le ayudó "a escribir y a ser leído en muchas partes del mundo", así como para el editor español Carlos Barral.

El reconocido escritor recordó que el ex presidente de Perú Alberto Fujimori no le reconocía "como peruano" y le "quería quitar la nacionalidad". "España me reconoció la nacionalidad y me evitó ser un paria. España no era un país mío y se ha vuelto mío. Lo quiero muchísimo, pero lo que yo escribo es Perú. Soy peruano", subrayó.

El escritor relató cómo la Academia Sueca le comunicó que había recibido el Premio Nobel de Literatura y que, por un momento, hasta pensó que "era una broma".

"En ese momento me acordé de una broma que le hicieron a Alberto Moravia, que le llamaron y le dijeron que había ganado el Nobel. Empezó a celebrarlo y luego era una broma. Le dije a mi esposa: Patricia, si esto es una broma, mejor que no se lo digamos aún a nuestros hijos. Fue una sorpresa", relató el autor de "La fiesta del chivo".

Eran las "5.30 de la mañana y estaba releyendo un libro maravilloso, 'El reino de este mundo', de Alejo Carpentier, cuando mi mujer se acercó con el teléfono en la mano. Primero me dio angustia", por si era una mala noticia.

Vargas Llosa, de 74 años y que ya en 1986 recibió el Premio Príncipe de Asturias de las Letras y en 1995 el Premio Cervantes, contó que le habló un señor cuya voz no entendió "muy bien, pero dijo que era de la 'Swedish Academy', y se cortó la llamada".

El escritor, que aseguró que "no va a dejar de escribir" y que ni se ha parado a pensar en lo que pondrá en su discurso de aceptación del premio, el próximo 10 de diciembre en Oslo, subrayó que seguirá escribiendo y defendiendo las libertades.

La literatura "es lo que organiza mi vida, y lo que le da un sentido y una orientación. Es también una forma de voz y de placer que me ha dado la literatura y que quiero darle a mis lectores", respondió a la prensa.

"La literatura -dijo el escritor- forma parte de la vida, y la política no se puede erradicar de la vida. Lo que pasa en política pasa también muchas veces en nuestra vida normal. Encuentro normal que la literatura contemple esa dimensión de nuestra vida en sociedad".

"Espero que me lo hayan dado (el Premio Nobel) por mi obra literaria, más que por mis opiniones políticas. Estoy en contra de las dictaduras y en favor de la libertad", aseguró al ser preguntado por sus críticas hacia las dictaduras y sus posiciones políticas. Vargas Llosa indicó que "la buena literatura, al despertar el espíritu crítico, genera ciudadanos más libres".

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