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Tal y como ya hiciera el pasado fin de semana en el festival Rock in Rio celebrado en Lisboa, Miley Cyrus se ha despojado hoy de su imagen infantil y ha sacado su lado más rockero y sugerente para dejar claro que, a sus 17 años, ya es toda una mujer.

La canción "Can't be tamed" (No puedo ser domesticada), que da nombre al tercer disco que se publicará en todo el mundo el próximo 22 de junio, ha sido el tema elegido por la artista para comenzar un concierto en el que ha hecho un recorrido por todos sus éxitos musicales.

Acompañada de imágenes del videoclip de la canción mezcladas con otras de la artista en distintos directos, Miley Cyrus ha saltado al escenario vestida con un body negro, unas sandalias de tacón y jugando con su larga melena dispuesta a exhibir su lado más rockero, atreviéndose a versionar clásicos como "I love Rock and Roll" o "Cherry bomb" de la artista estadounidense Joan Jett.

Con temas como "Breakout", "7 things" o "Full circle", Miley Cyrus ha conseguido reunir a miles de niños que, subidos a los hombros de sus padres, aplaudían a la cantante y gritaban su nombre. La sorpresa de la noche ha venido de la mano de la canción "When I look at you", en la que Miley Cyrus ha contado con la fuerza del directo del artista español David Bisbal y juntos han unido sus voces en un dúo que ha hecho temblar la Ciudad del Rock con aplausos y gritos de emoción.

Sensualidad, provocación y picardía se han dado cita en el Escenario Mundo en una actuación que no deja lugar a dudas: la pequeña Hannah Montana se ha hecho mayor.

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