La reunión se producirá dos días después de que tanto España como Chipre solicitaran oficialmente asistencia financiera y 24 horas antes de la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la UE en la que está previsto iniciar los trabajos para crear una unión bancaria.
Ninguno de los dos países ha precisado cuánto dinero necesitará, aunque las auditorías independientes cifran en un máximo de 62.000 millones de euros las necesidades de capital de las entidades españolas. La falta de concreción sobre el rescate bancario para España ha aumentado en los últimos días la tensión en los mercados.
El Eurogrupo debe negociar también los tipos de interés, que según el ministro de Economía, Luis de Guindos, estarán entre el 3% y el 4%, los plazos de devolución -que podrían ser superiores a 15 años- y el periodo de carencia -de entre 5 y 10 años-.
También se debe decidir si el préstamo tendrá carácter preferente y relegará a los inversores privados, algo que preocupa a los analistas.
Los expertos de la Comisión, el Banco Central Europeo, la Autoridad Bancaria y el Fondo Monetario Internacional viajan esta semana a Madrid para realizar su propia evaluación de las necesidades de capital del sistema financiero español y preparar el memorándum con las condiciones que la UE exigirá a cambio del rescate.
Entre los requisitos se incluirán planes de reestructuración para las entidades que reciban ayuda, entre ellas la segregación del negocio inmobiliario, según ha dicho el ministro de Economía, Luis de Guindos.
También habrá condiciones para el conjunto del sistema financiero, que se concretarán en un refuerzo de la supervisión y la regulación.
Tanto la Comisión como el Gobierno esperan que el memorándum esté listo para el próximo Eurogrupo presencial previsto el 9 de julio. En ese momento se fijará la cifra definitiva del rescate bancario.
España sigue presionando para que haya una recapitalización directa de las entidades por parte del fondo de rescate de la UE, de forma que no compute como deuda. Pero las normas actuales no lo permiten y Alemania se opone y exige que las ayudas se vehiculen a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria.
