Blanca Portillo se convierte en Tiresias para despedirse del Festival de Mérida

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LA "ANTÍGONA" DE SÓFOCLES

Blanca Portillo se convierte en Tiresias para despedirse del Festival de Mérida

La actriz deja la dirección del festival por divergencias con la Junta de Extremadura y el ayuntamiento por la retirada de una foto.

Convertida en Tiresias, personaje de la "Antígona" de Sófocles, subió ayer Blanca Portillo al escenario de la LXII edición del Festival de Mérida. Esta será la última edición que dirija la actriz dado que deja de ser la cabeza de la organización por divergencias con el Gobierno del PP en la Junta de Extremadura y con el ayuntamiento por la retirada de una foto del actor Asier Etxeandía en la que aparecía caracterizado como Jesucristo.

En la obra, Blanca Portillo dice "hay que mantener la lengua más callada y pensar mejor", una advertencia que dice como Tiresias pero con la que se siente identificada. "Hay que estar más callado y pensar dos veces las cosas. Yo también pienso mucho lo que digo", ha subrayado al concluir la función.

Estaba "muy satisfecha" con su papel, que le ofreció García Lozano y por el que no cobra, porque es "un regalo" para el Festival, e "ilusionada" al ver puesto al público en pie en un teatro en el que ella actuó por primera vez como "chica del coro 212": "no hay que tenerle miedo a este teatro y ser a la vez humilde", ha añadido. El director flotaba "feliz" y nervioso "como una hoja al viento" ante la reacción del público a su "ética y estética" visión, que han protagonizado Marta Etura, en el papel de Antígona, y Antonio Gil en el de Creonte.

Esta "experiencia espiritual que saca su fuerza de los opuestos", y que explora el valor de los coros -20 adultos y 7 niñas-, puso al borde las lágrimas al mexicano cuando vio el teatro, con el que siento una inmediata conexión "religiosa". "Ver a todo el teatro de pie -ha dicho- ha sido una sensación de potencia indescriptible. Dan ganas de volar y vértigo", ha subrayado el director, al que le encantaría después de su primera experiencia con el teatro grecolatino "especializarse" en él porque son obras "para siempre".

Esta "Antígona" pone de relieve los cinco conflictos de la naturaleza humana, es decir, jóvenes contra viejos, vivos contra muertos, mujeres contra hombres, individuos contra sociedad, dioses contra humanos Con su "no" telúrico, Antígona se erige contra todo y contra todos haciendo un viaje hacia la luz que a su paso dinamita todo y a todos en un paisaje después de la batalla, en el que la guerra fraticida traspasa la acción y la peste de los cadáveres aumenta sin parar.

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