La torre de Pinto fue el escenario donde finalizó la primera parte de La Princesa de Éboli, tras dos años de prisión en la torre, Ana de Mendoza cae gravemente enferma. Bernardina, su sirvienta se dedica a cuidarla y velar por su salud. Con la ayuda de los doctores y la presión de los allegados al monarca, que no entienden el motivo de la prisión de la princesa consiguen regresar a Pastrana.
Antonio Pérez vive su encierro junto a su mujer, Juana Coello, pero el secretario no se puede quita de la mente el amor que siente por Ana de Mendoza. Los amigos de Antonio Pérez le meten en un gran lío al intentar que Mateo Vázquez interceda por él. La condena de Felipe II para el que fuera su secretario es la acusación de traición y le acusa del asesinato de Juan de Escobedo, el castigo es la muerte.
Ana de Mendoza se recupera feliz junto a sus hijos en Pastrana, pero su hijo Rodrigo no soporta el encierro y acusa a su madre de loca frente a Felipe II. El monarca le propone luchar en la contienda y Rodrigo abandona Pastrana para ir a la guerra.
Antonio Perez es torturado y vejado en la casa de la Santa Inquisición, su mujer no soporta ver tanto dolor y acude a Pastrana para buscar la ayuda de La Princesa de Éboli. Ambas tramarán un plan de huida para Antonio Pérez. Felipe II al conocer la traición y la huida del que fue su secretario no duda en descargar todo su rencor hacía Ana de Mendoza.
El castigo para la Princesa de Éboli es la pérdida de la custodia de sus hijos y el encierro, privándole de la luz del sol y el aire con rejas en sus ventanas. Su hija Ana no es capaz de abandonar a su madre y se queda con ella hasta el final de sus días encerrada en el Palacio de Pastrana. ¿Te ha gustado La Princesa de Éboli?