No deconstruyas, Iñaki

Iñaki, el chavalón del norte, ha decidido quedarse en Sevilla. Típico. Cuenta la leyenda que uno de cada diez guiris que vienen de visita a Andalucía unos días por estas fechas acaban abandonando a su familia del norte de Londres, metiéndose en la hipoteca de un ático junto al Guadalquivir y haciendo cola en el Ayuntamiento para sacarse el carnet del Betis. En el Ayuntamiento les explican que allí no es lo del carnet del Betis, que es en el estadio, que está a una hora andando y les dan un kit de avituallamiento formado por un cartucho de cazón en abobo y un botellín de cerveza para el camino.

Ronda la treintena y con esa edad en Euskadi todavía se es virgen y se anda enamoradizo perdido. Perdido en el Sur, concretamente

El chico norteño se ha enamorado de Carmen. Típico. Ronda la treintena y con esa edad en Euskadi todavía se es virgen y se anda enamoradizo perdido. Perdido en el Sur, concretamente.Se queda aquí abajo con la excusa de hacerse cargo de la cocina de la Clínica Híspalis. Por amor, un virgen de treinta y pico hubiera aceptado trabajo hasta de llevarle el desayuno a la cama a Falete por las mañanas.

Esperemos que a Iñaki no se le vaya mucho la olla y convierta la cocina del hospital en una especie de rincón modernito y exclusivo con una carta de platos con nombres más difíciles de pronunciar para el Señor Benjumea que un lateral izquierdo del Athletic.

Mucho ciudado, Iñaki. Cuenta el libro de El asesino de la regañá la historia de una secta secreta que se dedica a asesinar con una regañá (búscalo en google) a lo largo y ancho de Sevilla a los dueños de locales modernitos que pretenden sustituir la hegemonía del montadito de lomo y el serranito (lomo, jamón serrano, pimiento y tomate) por estratificaciones, deconstrucciones y bolitas de oxígeno con aroma a queso y mermelada.

Lo explicaba bien Rafi, el actual propietario de la cocina de la Clínica y el Doctor Rober en un corto que los llevó a la fama hace unos años: “Se le empieza poniendo mojo picón al serranito y nos terminamos volviendo locos". “En la mezcla está el diablo”. Y si no se lo creen, miren la foto de ahí arriba.