Montserrat se asomó a la ventana para despedir a su hija, que se iba a su trabajo. Entonces vio como un joven se acercó a su coche, le disparó primero un tiro y luego otro para rematarle. Enseguida, el asesino se disparó a sí mismo en la cara.
Montserrat descubrió que el día anterior a ue el asesino acabara con la vida de su hija, éste había acudido a Urgencias del Hospital de Navarra pidiendo ayuda.
El asesino dijo que se sentía muy nervioso, que tenía una escopeta y que temía que pudiera hacer algo. En el hospital le dieron un ansiolítico y le mandaron a casa. Pasó toda la noche en el portal esperando a que Berta saliera de su casa para ir al trabajo.
El crimen fue el 8 de febrero del 2005 y desde entonces Montserrat se ha recorrido los juzgados, y llegó a hablar con el presidente de su Comunidad para pedir que actúen cuando hay señales de alarma y personas denunciadas por su extraño comportamiento.
Montserrat nunca ha querido hacer declaraciones. Esta es la primera vez que habla y quiere que su dolor sirva para que las Autoridades actúen a tiempo.