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José Ron, Carolina Miranda y otras razones para conocer a La Mujer del Diablo en Novelas Nova

La mujer del diablo es el último título que ha llegado a Novelas Nova y lo hace no solo con un elenco de caras conocidas sino también con una historia en la que nada ni nadie es lo que parece.

José Ron, Carolina Miranda y otras razones para conocer a La Mujer del Diablo en Novelas Nova

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Una de las primeras personas a las que conocemos cuando, a través de Novelas Nova, viajamos a Villa Clara para descubrir La Mujer del Diablo, es a Natalia Vallejo y todos tenemos la suficiente experiencia en el visionado de historias de Televisa como para saber que tiene todas las papeletas para convertirse en esa mujer que da título a la serie.

¿Por qué? Porque el personaje que interpreta Carolina Miranda tiene todas las características de las grandes protagonistas de Televisa. Es una hija encantadora, una protectora hermana mayor, la maestra a la que adoran todos los niños, la novia ilusionada y enamorada de su galán, la mejor imagen promocional de su pueblo… Casi podría decirse que Natalia es un cliché de perfección.

Es más, hasta su vida parece de color de rosa. Tiene un trabajo que le gusta, un novio que la quiere y muchos sueños por cumplir. Pero. Siempre hay un pero. La vida de Natalia da un giro de 180 grados cuando se cruza en el camino de alguien inesperado. Una casualidad, una coincidencia, unos segundos que van a provocar que su presente y, sobre todo, su futuro sean muy distintos a los que soñaba.

Imagen de La Mujer del Diablo
Imagen de La Mujer del Diablo | Novelas Nova

¿Con quién se cruza Natalia? Con el diablo. Un diablo que se enamora de ella y que no está acostumbrado a recibir un no por respuesta. Un diablo que es capaz de secuestrarla a plena luz del día con tal de evitar que se case con su novio. Un diablo que la retiene con la excusa de que necesita tiempo para enamorarla. Un diablo que la trata como un galán pero que la encierra bajo llave como un gañán.

Y es en medio de esa presión emocional donde descubriremos la verdadera personalidad de Natalia. Una Natalia que llora desesperada y suplica ser liberada, pero también una Natalia que debe tomar decisiones complicadas. Una Natalia que sabe que no solo está en juego su destino, sino el de todos cuantos la rodean. ¿Qué hará Natalia? ¿Aceptará la proposición de matrimonio de su captor? ¿Logrará escapar de su cautiverio? ¿Llegará a enamorarse de ese hombre que lleva guante de seda en su puño de hierro? ¿Se convertirá la dulce maestra del pueblo en diablesa?

El diablo en la sombra

Carolina Miranda comparte protagonismo con José Ron, uno de los nombres propios de Televisa y probablemente uno de los más versátiles de su generación en el sentido de que se defiende perfectamente como galán, como tercero en discordia y hasta como villano. De hecho, casi podría decirse que Cristo Beltrán, el personaje que interpreta en La Mujer del Diablo, es el compendio de todos ellos.

Conocemos a Cristo como el gran benefactor del pueblo. Todo son elogios hacia él, hacia su generosidad, su compromiso con una Villa Clara libre de violencia, hacia su apuesta por convertir los libros en el mejor antídoto de la pobreza. Y, de hecho, él mismo es un ejemplo de educación y cultura. Utiliza citas de Shakespeare y García Márquez y hasta ha buscado en los grandes clásicos los nombres de sus perros: Catón y Ovidio.

Podría decirse que Cristo Beltrán parece querer competir con su tocayo que preside altares, pero tiene en su contra contar con un lado sombrío, oscuro, inquietante. Y esa faceta que oculta a todos es precisamente la que lo convierte en uno de los personajes más fascinantes de toda la serie.

¿Por qué? Porque Cristo Beltrán reúne simultáneamente todas las características del galán de la historia y, al mismo tiempo, todos los requisitos del villano. Puede ser encantador y demoledor. Puede ser protector y castigador. Puede ser atento y violento. Puede ser racional e irracional. Puede ser sensible e hierático. Puede ser el superhéroe que ayuda a los desprotegidos y el malvado que solo piensa en sus beneficios. Puede ser la luz que dé esperanza a Villa Clara y la sombra que la tiña de sangre.

Por eso este personaje nos resulta tan interesante. Porque en un instante es el príncipe de cuento y al segundo es el ogro. Porque no sabemos cuál de sus personalidades es la principal y cuál la secundaria. Porque no sabemos si confiar en él o evitarlo a toda costa. Porque no sabemos si compartir su techo o salir corriendo sin mirar atrás.

Y esa sensación es la que nos lleva a preguntarnos qué vela será la que se mantenga encendida al final de esta historia. ¿La que le pusimos a Cristo o la que le pusimos al diablo?

Una Villa Clara nada clara

Pero Natalia y Cristo no son los únicos que guardan secretos. Casi podría decirse que todos los habitantes de Villa Clara tienen algo que ocultar.

Hasta Diego (Juan Pablo Minor), el casi perfecto novio de Natalia, oculta que recurrió a unos prestamistas nada recomendables para sacar adelante su negocio. Eso sí, justo es reconocer también su esfuerzo continuo y constante por recuperar a la novia que, literalmente, le arrancaron de los brazos.

Diego en La Mujer del Diablo
Diego en La Mujer del Diablo | Novelas Nova

También guarda secretos Lázaro, el sacerdote del pueblo, que, además, es el hermano de Cristo. ¿Qué gran carga soporta como para auto-torturarse cada noche?

Otra que guarda silencio es Soledad (Adriana Louvier), la ex esposa de Cristo, aunque en este caso podemos intuir que lo que calla no le afecta tanto a ella como al que fue su marido. Ha vuelto a Villa Clara con el claro objetivo de defender su patrimonio, pero ¿lo hará a cualquier precio?

Soledad de La Mujer del Diablo
Soledad de La Mujer del Diablo | Novelas Nova

También nos intriga saber qué sucedió para que los Beltrán y los Alcántara, los grandes potentados del pueblo, sean enemigos acérrimos.

Pero, por otro lado, también tenemos los personajes que están dispuestos a abrir las ventanas y revelar todas las verdades como Patricia, a quien no le tiembla el pulso a la hora de poner negro sobre blanco lo que todos callan (aunque alguien después se encargue de borrar lo redactado) o Mateo, que incluso pone a su propia familia en peligro con tal de concluir la misión policial que lo llevó a Villa Clara. ¿Conseguirán sus objetivos? ¿Lograrán retirar la venda que cubre los ojos de los vecinos del pueblo?

La Mujer del Diablo supone también un paso más en el camino que ha emprendido Televisa para adaptarse a la nueva realidad social y televisiva. De hecho, esta serie, que refuerza la apuesta de la empresa por el streaming, sorprende tanto por el "atrevimiento" de algunos planos y secuencias como por un lenguaje pocas veces escuchado en este tipo de producciones.

En definitiva, La Mujer del Diablo parece una telenovela, pero no lo es. La Mujer del Diablo parece una narconovela, pero no lo es. ¿Qué es entonces? Es una historia donde en cada capítulo descubres un nuevo secreto que hace que te replantees todo lo que creías saber y, sobre todo, que te invita a ver el siguiente porque necesitas saber qué otros secretos permanecen ocultos y, sobre todo, las consecuencias que tendrá su revelación.

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