EN ANTENA 3

Can Yaman y otras muchas razones para engancharte a 'Violeta como el mar'

'Violeta como el mar' ha llegado a Antena 3 para convertirse en una cita ineludible con Can Yaman, Francesca Chillemi y una historia donde el misterio se combina a la perfección con el humor en los magníficos paisajes de Palermo.

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El fenómeno de las series turcas ha supuesto no solo la exportación por parte del país otomano de exitosas producciones televisivas, sino también ha sido la mejor promoción para que el talento made in Turquía encuentre nuevas oportunidades más allá de sus fronteras.

Por ejemplo, Kaan Urgancıoğlu ha compartido pantalla con Jason Statham, Kerem Bürsin ha hecho un breve cameo en 'A todo tren 2' e Ilker Kaleli protagoniza 'La pasión turca', la nueva serie de Atresmedia.

Ahora, Antena 3 estrena lo que será la sensación del verano con el galán turco Can Yaman, 'Violeta como el mar'. Te contamos todo sobre ella.

El debut italiano de Can Yaman

Y ahora llega a España el debut de Can Yaman en Italia como coprotagonista de la serie 'Violeta como el mar', donde interpreta a Francesco Demir, un inspector de policía que resuelve los crímenes que se cometen en Palermo al mismo tiempo que investiga, casi en la clandestinidad, un caso de trata de personas.

Violeta y Francesco vuelven a cenar juntos y saltan chispas entre ellos
Violeta y Francesco vuelven a cenar juntos y saltan chispas entre ellos | antena3.com

Nuestra primera impresión es que Francesco es un eficiente profesional con cierta tendencia a la rebeldía. De hecho, mantiene una relación un tanto especial con su superior. Es la persona que más le ha apoyado y que mejor lo conoce, pero también es quien intenta contener su impulsividad.

Además de su profesionalidad y más que evidente atractivo, Francesco también tiene un especial sentido del humor que desarrolla ampliamente con su ayudante, aunque éste tenga muchas dificultades para captar las bromas y los dobles sentidos.

Así pues, nuestra primera opinión sobre Francesco es bastante positiva, aunque no termina de gustarnos su actitud hacia Violeta que oscila entre la altivez, cierto grado de superioridad moral y una dosis un tanto elevada de machismo.

También nos plantea algunas incógnitas, ¿Por qué su obsesión con ese caso? ¿Puede su rebeldía causarle problemas en comisaría? ¿Cómo afrontará la llegada de la nueva periodista de sucesos a Palermo y a su vida?

La última vez que vimos a Can Yaman en las pantallas españolas fue interpretando a Özgür en 'El hombre equivocado', donde llegamos a la conclusión que no era, en absoluto, el hombre equivocado. En aquella ocasión la primera impresión no fue la correcta, ¿sucederá lo mismo con Francesco Demir? ¿Es tan transparente como parece o hay algo que nos oculta?

Violeta, de Miss Italia a periodista de sucesos

Mientras que Francesco ha pasado prácticamente toda su vida en Palermo, Violeta es una recién llegada. Mientras que Francesco lleva años trabajando como policía, Violeta está en una etapa vital que podría considerarse como una reinvención. Mientras que Francesco parece ser aquello que vemos, Violeta esconde una buena cantidad de secretos.

Violeta, celosa por la próxima cita de Francesco
Violeta, celosa por la próxima cita de Francesco | antena3.com

De hecho, de Violeta vamos descubriendo muchas más cosas que de Francesco. Sabemos que ha sido Miss Italia, que ha trabajado en prestigiosas revistas de moda y que su elección de Palermo como nuevo lugar de residencia no ha sido fruto ni de un capricho ni de la casualidad ni de una oferta laboral irrechazable.

Así, a modo de resumen, parece apabullante, pero es que Violeta es un personaje fascinante. Y lo es por muchas razones.

Primera, su elección como Miss Italia le dio la oportunidad de estudiar, pero lo que para ella fue una ayuda en el pasado, en el presente se ha convertido en una losa cuyo peso es difícil de sostener. Todos cuantos la ven, solo ven a Miss Italia y no la ven a ella. No ven a la mujer valiente y decidida. No ven a la mujer profesional. No ven a Violeta.

Una vez más, todos tienen una primera impresión de ella y apenas se esfuerzan por saber qué hay más allá de ese pintalabios que la que más y la que menos ya se está planteando añadir a su neceser de maquillaje.

Es cierto que sus primeros pasos en Palermo son complicados porque no conoce ni el terreno ni sus nuevas tareas. Pero el entorno que la rodea tampoco la ayuda. En la redacción del periódico parecen más interesados en el presunto photoshop de sus fotos, que en sus habilidades como redactora. Y Francesco muestra bastante más interés en invitarla a cenar que en escuchar sus hipótesis sobre los casos en los que coinciden.

Sin embargo, pronto descubren (y descubrimos) que Violeta es muchísimo más que una cara bonita de portada de revista.

De hecho, pronto consigue que hasta la circunspecta de su jefa descubra que Miss Italia también sabe escribir. Y que lo hace bien. Tal vez no domine, de entrada, las claves del periodismo de sucesos, pero tiene la capacidad para aprender. Y, sobre todo, la voluntad para hacerlo.

Y, además, muy pronto nos damos cuenta de las fuertes razones que han llevado a Violeta a Palermo y no solo empatizaremos con ella por sus esfuerzos de hacerse ver y valorar, sino también por su lucha para superar el mayor reto al que cualquiera puede enfrentarse. Porque detrás de su encantadora sonrisa, Violeta esconde la amargura de un pasado desconocido y un futuro incierto.

El policía y la periodista

Aparte de las personalidades de los protagonistas de esta serie, otra de las razones para no perder detalle es la relación que poco a poco se va gestando entre ellos.

Su primer encuentro ha sido un encontronazo. De hecho, partimos del clásico chico atropella chica. Y la situación no mejora en el segundo porque Francesco no recibe precisamente con los brazos abiertos a la nueva periodista y Violeta no logra hacerse respetar como profesional por el policía.

Francesco le pide a Violeta que use su sinestesia para analizar a dos hombres
Francesco le pide a Violeta que use su sinestesia para analizar a dos hombres | antena3.com

Bueno, para ser exactos habría que matizar. Francesco no da una calurosa bienvenida a la periodista, pero no duda en invitar a cenar a Miss Italia. Una vez más, Violeta ve reducida toda su personalidad a un único aspecto de su vida.

Sin embargo, poco a poco van descubriéndose y descubriendo que pueden formar un buen equipo. Francesco busca la forma de aprovechar las habilidades de Violeta en la investigación de sus casos y ella se esfuerza por convertirlo a él en su mejor fuente de información.

Pero, al margen de su colaboración profesional, desde el principio es más que evidente que entre ellos hay cierta química, aunque su posible relación tiene como hándicap el hecho de que ambos tienen proyectos de vida diferentes. Francesco no cree en el matrimonio y Violeta sueña con casarse. ¿Serán capaces de encontrar un punto intermedio? ¿Llegarán a convertirse en compañeros de vida además de ser pareja laboral?

Y no podemos pasar por alto todo el entorno que los rodea. Francesco tiene en Turi a su mejor compañero. No solo es su mano derecha en las investigaciones, sino que también es la mejor diana de sus chistes y bromas.

En cuanto a Violeta, se encuentra mucho más sola. En la redacción solo 'Camita' le tiende, de alguna manera, su mano porque los demás parecen haberse quedado en bucle en el estereotipo de Miss Italia.

De hecho, ese es uno de los puntos más interesantes de la serie: comprobar si los personajes logran liberarse de los prejuicios bajo los que nos han sido presentados y demostrar que son más de lo que su aspecto transmite.

Al margen de la interacción entre los principales protagonistas de esta historia, 'Violeta como el mar' también cuenta con el aliciente de participar en cada episodio en la investigación de diversos crímenes, que también harán que los diferentes personajes vayan mostrando nuevos rasgos de sus personalidades y que, al mismo tiempo, conseguirán que nosotros mismos nos convirtamos en detectives que intentan descubrir quién es inocente y quién es culpable.

Por lo tanto, sobran las razones para sentarnos cada miércoles ante el televisor para ver 'Violeta como el mar'. Además de la apuesta segura que supone tener a Can Yaman en pantalla, en esta ocasión regresa en un papel muy diferente a los que nos tiene acostumbrados y en la compañía de Francesca Chillemi, quien, desde el primer momento, logra una conexión muy especial con la audiencia.

Tenemos ante nosotros varias semanas para acompañar a Violeta en su adaptación a una nueva ciudad; en su aprendizaje como cronista de sucesos; en su esfuerzo por librarse de etiquetas preconcebidas; en sus dudas sentimentales; en su búsqueda de sus orígenes, y en su lucha por salir adelante.

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