SU HISTORIA
Victoria de Suecia y Daniel Westling, 15 años casados: del rechazo del rey a la enfermedad secreta del príncipe
El 19 de junio de 2010, Victoria de Suecia, la heredera al trono, se casaba con el hombre que eligió a pesar de todo, Daniel Westling: entrenador personal, sin sangre azul y con un delicado problema de salud que ocultó durante años.

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Hace 15 años, la catedral de Estocolmo fue testigo de una boda que parecía imposible. Victoria de Suecia, heredera al trono, se casaba con Daniel Westling, el hombre que eligió a pesar de la presión institucional e incluso el rechazo de su padre. Aquel día, 19 de junio de 2010, no fue solo un enlace real; fue la culminación de una historia de amor que desafió las reglas más rígidas de la monarquía.

Siete años sin dirigirse la palabra
Cuando conoció a Daniel en 2001, él no era más que su entrenador personal. Pero entre sesiones de fitness y confidencias, surgió algo más. En 2002, la prensa sueca empezó a hacerse eco de la relación, y la noticia no gustó en el Palacio Real. El rey Carlos Gustavo, que también se había casado con una mujer sin sangre azul, no aprobaba que su hija eligiera como consorte a un hombre sin "formación sólida".
Durante años, el monarca evitó cualquier trato con el joven y se negó a conocerlo en persona. El enfado fue tan profundo que se dice que pasaron siete años sin que padre e hija se hablaran. Pero Victoria no se rindió. Incluso llegó a amenazar con renunciar al trono si no se le permitía casarse con Daniel.
Finalmente, el rey dio su brazo a torcer. En julio de 2008, Daniel se mudó a un apartamento del Palacio de Drottningholm, y el 24 de febrero de 2009 se anunció oficialmente el compromiso.

De entrenador a empresario de éxito
Durante todo ese tiempo, Daniel fue transformándose. De entrenador personal pasó a convertirse en empresario, fundando una cadena de gimnasios que hoy es referente entre la élite sueca. Su discreción, humildad y constancia terminaron por ganarse el respeto de la Casa Real y del país entero.
Pero no fue el único obstáculo que la princesa tuvo que superar en su juventud. A los 20 años, antes de conocer a Daniel, Victoria sufrió bulimia. Para recuperarse, se trasladó temporalmente a Estados Unidos, donde inició un tratamiento y se alejó del foco mediático.
La enfermedad que ocultó durante años
Durante el noviazgo, Daniel tuvo que enfrentarse también a una delicada situación médica: padecía una enfermedad renal que lo obligó a someterse a diálisis. Finalmente, en 2009, recibió un trasplante de riñón donado por su padre, Olle Westling. Sin embargo, durante años no habló de ello. No fue hasta que cumplió 50 años cuando reveló públicamente, en una entrevista con la televisión sueca, todo lo que había vivido.

Una boda histórica
La boda se celebró el 19 de junio de 2010 en la catedral de Estocolmo. La elección de la fecha no fue casual: exactamente 34 años antes, en ese mismo día, se habían casado los padres de Victoria, los reyes Carlos Gustavo y Silvia.
A la ceremonia, asistieron más de 1.200 invitados, entre ellos representantes de todas las casas reales europeas y orientales. No faltaron la reina Sofía, los entonces príncipes Felipe y Letizia, la infanta Elena y la infanta Cristina.

Victoria lució un vestido de seda duquesa y raso de color perla diseñado por el sueco Pär Engsheden. La princesa estaba especialmente elegante con esta prenda de cuello barco y con cola de cinco metros. Los zapatos, hechos con la misma tela que el vestido, llevaban la firma de Roger Vivier.
En la cabeza, Victoria se colocó la espectacular tiara de los camafeos —herencia de la emperatriz Josefina— y el velo de encaje que ya había llevado su madre, la reina Silvia. El ramo, en blanco impoluto, combinaba lirios del valle, orquídeas, rosas, peonías, clemátides, guisante de olor y mirto del jardín del palacio de Sofiero. Algunas de estas flores también decoraron la catedral para la ocasión.

La ceremonia fue oficiada por el arzobispo de Uppsala y los anillos que los novios se intercambiaron tuvieron veinticinco brillantes cada uno. Al finalizar el enlace, el rey impuso a Daniel la orden de los Serafines, y a partir de ese momento, se le nombró Su Alteza Real, duque de Västergötland.

Un discurso de amor que aún se recuerda
Tras el tradicional paseo en la barcaza real, los novios llegaron al Palacio Real, donde les esperaban los 400 invitados al banquete. Uno de los momentos más emotivos fue el discurso de Daniel: "Me siento orgulloso de ser tu marido y voy a hacer todo lo posible para seguir haciéndote feliz. Victoria, lo más importante es el amor, y yo, princesa de mi corazón, te amo tanto…"
Desde entonces, Daniel ha permanecido a su lado con discreción, sin afán de protagonismo, siempre apoyando a la heredera en su papel institucional.

Los hermanos de Victoria y sus propias polémicas
Aunque ese fue sin duda el gran día de Victoria, en el entorno de la Casa Real Sueca se hablaba de otras dos historias que empañaban el ambiente.
Por un lado, la ruptura del compromiso matrimonial de su hermana Magdalena. Poco después del anuncio de la boda de Victoria, Magdalena había confirmado su compromiso con Jonas Bergström. Pero este fue acusado de haberle sido infiel al menos en dos ocasiones. La Casa Real canceló el compromiso y Magdalena se marchó a vivir a Nueva York, donde más adelante conocería a su actual marido, Christopher O Neill.

Por otro, la sorprendente ruptura de Carlos Felipe con su novia de toda la vida. Poco después, iniciaba una relación con Sofia Hellqvist, modelo de ropa interior y exparticipante de un reality show. Su historia generó polémica… pero hoy siguen juntos y tienen cuatro hijos.
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