Publicidad
La tarde del Jueves Santo en Linares se convirtió, merced a la lluvia, en una penosa travesía para muchos. Varias personas quedaron atrapadas en sus coches rodeadas por el agua, aunque al final fueron rescatadas. Los servicios de emergencias recibieron 54 avisos de vivirendas o locales inundados. El agua parecía surgir de la Tierra a borbotones de forma imparable.
Cerca de allí la misma tormenta había descargado pedrisco en Marmolejo, donde los bomberos recibieron 15 avisos. Más al norte, en Ortuella (Vizcaya) un caserío quedó destrozado por un rayo que fulminó la vivienda. En Madrid, tarde de rayos y casi un centenar de emergencias atendidas tanto en la capital, donde vemos algunas zonas anegadas, como en pueblos como Navalcernero o Parla.
A medida que pasaban las horas las tormentas iban recorriendo caprichosamente nuestro mapa: en Valladolid forzaban la suspensión de las procesiones. En Alicante, como vemos, destrozaban los últimos sueños de buen tiempo de los turistas. Y en la Coruña y Ferrol, están más acostumbrados pero aún tenían capacidad de sorpresa ante las lluvias.
Publicidad