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A DOS AÑOS DE PRISIÓN
Condenan a un ganadero por envenenar a 24 animales protegidos
El acusado provocó la muerte, por intoxicación aguda debida a los cinco cebos colocados, de al menos cinco perros, un gato, tres zorros, cuatro buitres leonados y once milanos reales.
Un juzgado de Santander ha condenado a dos años de prisión y a la pena de inhabilitación especial para la profesión de ganadero u otra relacionada con la ganadería, al autor de un envenenamiento de Valdeolea (Cantabria), que provocó la muerte de 24 animales, entre los que había 11 milanos reales.
Distribuyó por su finca cebos cárnicos envenenados
Asimismo, Juzgado de lo penal número 3 de Santander condena al ganadero a la inhabilitación para el ejercicio de derecho a cazar, por cuatro años.
Según la sentencia, contra la que cabe interponer recurso de apelación, JL.V.G. también deberá indemnizar al Gobierno de Cantabria con 118.770 euros y hacer frente a las costas causadas, incluidas las de las acusaciones particulares, por este envenenamiento que se produjo entre el 24 de diciembre de 2011 y el 19 enero de 2012.
Se considera probado que este ganadero, debido al incremento de ataques de lobo ibérico, "ideo y ejecutó" una serie de actuaciones para hacer desaparecer la predación de este animal en su explotación ganadera, asentada sobre los pastos de Valdeolea. Concretamente, distribuyó por estos terrenos diversos "cebos cárnicos", impregnados de una "sustancia tóxica y venenosa letal para la fauna (Aldicarb)".
La sentencia añade que los cebos no tenían "ningún tipo de carácter selectivo, ni consideración a las especies que pudiera afectar, constituyendo un gravísimo riesgo para la biodiversidad". Se considera probado además que el acusado provocó la muerte, por intoxicación aguda debida a los cinco cebos colocados, de al menos cinco perros, un gato, tres zorros, cuatro buitres leonados y once milanos reales.
Por tanto, se afectó a un total de 24 animales, de cinco especies diferentes, estando 15 declarados en protección especial, en dos especies distintas y once en peligro de extinción. La sentencia apunta que JL.V.G, consciente de la peligrosidad del producto tóxico que manipulaba, protegió sus manos con guantes de nitrilo, que fueron localizados en la zona por técnicos auxiliares del Medio Natural.
La sentencia señala que el aldicarb (un plagicida de uso agrícola prohibido en 2007) es un compuesto neurotóxico de acción muy rápida capaz de provocar la muerte de un animal en pocos minutos.
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