Desde que comenzó a ponerse las dosis de la vacuna contra el coronavirus de Pfizer se ha cuestionado qué pasa con las vacunas que, en teoría sobran.
Algunas personas se están beneficiando de esta situación para vacunarse contra el coronavirus antes de tiempo.
En Cantabria, por ejemplo, existe un protocolo donde hay una lista de suplentes que acuden a vacunarse contra el coronavirus de inmediato si sobra alguna dosis. En otras comunidades autónomas se aprovecha para vacunar a sanitarios.
Esto sucede porque la vacuna contra el coronavirus de Pfizer o la de Moderna, vienen varias dosis en cada frasco. De cada uno, se extraen entre 6 y 10 dosis. Si al final de una jornada sobran 3 dosis, por ejemplo, de la de Pfizer, esas vacunas no se pueden guardar.
Por eso, se recurre a las listas de suplentes o se les inyecta a sanitarios si sobra alguna dosis después de vacunar, por ejemplo, en una residencia.
Críticas a los que benefician
Ya hemos visto varios casos donde se han beneficiado ciertas personas en ponerse la vacuna contra el coronavirus sin ser ni ancianos, ni sanitarios, que son los que ahora mismo son grupos prioritarios para recibir las primeras dosis.
Por ejemplo, el alcalde de Riudoms, en Tarragona, se ha puesto la primera dosis de la vacuna contra el coronavirus pese a no ser ni anciano ni sanitario ni ser grupo de riesgo. No obstante, el alcalde se pusó la dosis después de que sobraran vacunas en una residencia de ancianos.
No es el único que ha aprovechado la situación para recibir la dosis de la vacuna. A varios trabajadores del Instituto Catalán de Salud se les ha abierto un expediente por derivar vacunas de coronavirus para sus familias.
También en una residencia de ancianos de Madrid ha derivado dosis de la vacuna contra el coronavirus a familiares de los trabajadores al sobrar dosis.
