El portavoz del PP en el Parlamento vasco, Borja Sémper, ha visitado el plató de Espejo Público para hablar de la actualidad política que vive su partido. Sémper, que se ha revelado como poeta con la publicación de su primer libro de poesia 'Maldito (des) amor', cree que la política necesita más poesía en general y que es un ámbito que se encuetra en una evolución a la que deben sumarse todos los políticos. Sobre el descalabro del PP en las elecciones andaluzas considera que se necesita tiempo para que la gente perciba las propuestas económicas. "Eso no sucede de la noche a la mañana", ha destacado.

Cree que la corrupción es uno de los temas que más daño ha hecho a su partido y que las formaciones políticas tienen que demostrar que entienden la necesidad de cambio cuando hay un caso de corrupción en sus filas. "Un político se tiene que dirigir a toda la ciudadanía", mantiene. Su ideal de partido es "una formación de centro derecha, moderna, liberal y reformista".

Está en contra de que los partidos políticos se centren en sus problemas internos y no en los de la ciudadanía. Por ello, sobre su relación con Arantza Quiroga después de que la presidenta vetara al candidato por Donostia propuesto por Semper, asegura que el sistema de elección de candidatos debe mejorar y eso se tratará en el próximo congreso del partido.

"Podemos ha movido la política"
"Conozco, aprecio y respeto a Pablo Iglesias pero creo que está cogiendo los peores usos de la política viejuna", ha manifestado Sémper. Cree que la soberbia o el no responder a la prensa le hacen correr el riesgo de haber hecho evolucionar la política y quedarse atrás él mismo. Además, lamenta que el líder de Podemos acuse a Ángel Gabilondo y Cristina Cifuentes de no ser honrados. "El fenómeno Podemos ha servido para que la política española se moviera un poco, bienvenido sea, pero Iglesias se ha sumado demasiado rápido a los desayunos del Ritch y a verse con el Rey", mantiene.

Sobre la crisis en la directiva de UPyD, cree que el partido ya tomó una decisión cuando optó que no iba con Ciudadanos y éstas son las consecuencias. Define el carácter de Rosa Diez como el de una mujer "recia".