Temperaturas
Mercedes Martín: "Un próximo fenómeno de El Niño podría contribuir a temperaturas oceánicas aún más altas"
Las condiciones de El Niño se acentúan en uno de los años más extremos y cálidos que se recuerdan. No solo se baten récords de temperatura atmosférica, sino también de temperatura superficial del mar.
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Estamos en mayo y la temperatura del agua alcanza valores de verano. En España, la diferencia es muy clara respecto a otros años. Las aguas circundantes de Canarias y del golfo gaditano están hasta tres grados más cálidas de lo habitual para esta época. Las playas de la Costa de la Luz e Islas Canarias registran más de 20ºC. Es una cifra que nos da qué pensar, ya que el máximo de temperatura se alcanza entre septiembre y octubre, después del periodo estival.
A principios de abril, la temperatura media de la superficie de los océanos, excluyendo las aguas polares, alcanzó los 21,1ºC, según datos del observatorio NOAA de Estados Unidos. Esta cifra superó el récord de 21 ºC establecido en marzo de 2016, un año en el que se produjo el fenómeno meteorológico de El Niño. De hecho, fue uno de los Niños más fuertes que se recuerdan. Este año la probabilidad de que se instaure un nuevo episodio del fenómeno entre mayo y julio es de cerca del 60%, un porcentaje que aumenta hasta llegar a 80 % para el período de julio a septiembre. Esto puede llevar al planeta a nuevos registros históricos.
A día de hoy, las temperaturas diarias de la superficie del mar son las más altas en 42 años y un próximo fenómeno de El Niño podría contribuir a temperaturas oceánicas aún más altas y provocar impactos climáticos. Las posibles consecuencias son conocidas. Los océanos más cálidos blanquean los corales, matan la vida marina, aumentan el aumento del nivel del mar y hacen que el océano sea menos eficiente para absorber la contaminación. Más del 90% del desequilibrio de calor en el balance energético de la Tierra termina en los océanos. Es decir, cuanto más cálidos sean los océanos, más se calentará el planeta.
Niño de 2016
Los océanos se han calentado rápidamente debido al cambio climático. No obstante, en 2016, ese calentamiento se vio reforzado por un fenómeno de El Niño especialmente intenso, que contribuyó a introducir el planeta en el tramo de 12 meses más cálido jamás registrado hasta entonces.
Aquel año fue uno de los peores para los arrecifes coralinos del todo el Pacífico: la temperatura de los océanos alrededor de la Gran Barrera de Coral en Australia y en las islas desde Fiyi hasta Hawái eran altísimas. En muchos casos, inéditas. Nunca antes se habían registrado tan calientes. Los corales empezaron a enfermar y a blanquearse, y, en algunos casos, a sucumbir. Al final de la temporada, vastas franjas de los arrecifes del Pacífico habían perdido su calor.
Posibles Efectos de El Niño
Los efectos de la fase cálida de ENSO, popularmente conocido como El Niño, cambian los patrones climáticos en más de una veintena de países de América, África y Asia. Hablamos de 60 millones de personas que, en su mayoría, ya son extremadamente vulnerables. Estos potentes fenómenos se producen de forma natural. Sus ciclos van desde los dos hasta los siete años, y los episodios suelen durar entre 9 y 12 meses, cuando las temperaturas superficiales del océano en la cuenca este del pacífico son más cálidas. Sin embargo, el cambio climático podría alterar su violencia y fiereza en el futuro.
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Puede provocar graves sequías en Australia, Indonesia y partes del sur de Asia
El fenómeno se asocia, según la Organización Mundial Meteorológica, a un incremento de las precipitaciones en algunas zonas del sur de América del Sur, el sur de los Estados Unidos de América, el Cuerno de África y Asia central. Además, puede provocar graves sequías en Australia, Indonesia y partes del sur de Asia. Durante el verano del hemisferio norte, las aguas cálidas debidas a El Niño pueden intensificar los huracanes en las zonas central y oriental del océano Pacífico, mientras que dificultan la formación de huracanes en la cuenca atlántica.
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