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Europa se juega su futuro en la reunión que elConsejo Europeo mantiene en Bruselas. El mundo entero está pendiente de las decisiones que los máximos mandatarios de la Unión puedan adoptar. Durante los últimos días, el eje franco-alemán ha dejado claras sus posiciones. Desde París, Nicolás Sarkozy apuesta por una urgente refundación de Europa y aboga por un nuevo tratado europeo para avanzar en la integración. Desde Berlín Angela Merkel dibuja un futuro en el que la clave es el avance hacia una unión fiscal en la que las instituciones europeas puedan sancionar los excesos presupuestarios de los miembros.
Para entender todo este proceso hemos pedido la colaboración de Josep Piqué, Presidente del Círculo de Economía y ex ministro de Asuntos Exteriores
¿La reciente inyección de liquidez de los bancos centrales tendrá una respuesta política en la reunión del Consejo Europeo?
Esa actuación conjunta de seis bancos centrales occidentales es una magnífica noticia y condición necesaria para insuflar cierta tranquilidad en los mercados, pero no será condición suficiente si en el próximo consejo europeo, los países integrantes del euro, no se ponen de acuerdo en emitir señales muy claras de que la fortaleza del euro no va a sufrir ninguna duda y que la determinación de mantener la moneda única es total y absoluta. Y eso significa no sólo decirlo sino avanzar en medidas y decisiones concretas que nos permitan avanzar hacia la auténtica unión económica que es la única manera de sostener a medio plazo la unión monetaria.
¿Se alcanzará un acuerdo para la creación de un gobierno económico común?
Estamos viendo como Francia y Alemania a veces emiten señales contradictorias. Yo creo que el papel de liderazgo de Alemania es fundamental y lo que necesita Alemania es que los demás países, particularmente los que tenemos mayores desequilibrios, digamos que estamos dispuestos a abordar nuestros problemas de verdad. El temor de Alemania es que se avance en una determinada dirección que permita relajar la presión de los mercados y que por lo tanto los países que tenemos que hacer los deberes, con esa presión relajada, también nos relajemos a la hora de abordar las reformas.
¿Está en juego el euro tal y como lo conocemos?
Tenemos que pensar, como dicen algunos, lo impensable. Si a mí me hubieran dicho hace un año que el euro podría estar en riesgo, me hubiera parecido ridículo. Pero en estos momentos, si no hacemos las cosas bien se puede deshacer la unión monetaria, y esos sería catastrófico. Yo creo que al final, el sentido de la responsabilidad de los dirigentes europeos nos llevará a encontrar las soluciones necesarias. El euro es una gran consecución europea, y tenemos que hacer lo necesario para que el euro siga.
¿Qué margen e maniobra tendrá el gobierno de Mariano Rajoy?
Lo más importante es recuperar nuestra fama de país serio. La tuvimos cuando hicimos el esfuerzo para estar en el euro desde el primer momento. El anterior gobierno español, de acuerdo con el entonces gobierno italiano, habían aceptado la posibilidad de entrar en el euro en una segunda fase. La decisión del gobierno de José María Aznar de estar desde un primer momento y hacer todo lo necesario para cumplir las llamadas condiciones de Maastricht nos dio un pátina de seriedad (…) y que éramos gente seria. Ahora hemos perdido esa pátina. Lo que tenemos que hacer es recuperarla cuanto antes. Y para eso hay que decir que vamos a cumplir con nuestras obligaciones internacionales cueste lo que cueste. Y yo espero y deseo que el próximo gobierno lo entiende de esa manera.
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