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Pero ignora la promesa que Jimena le hizo a Lucía para este día: irían al embarcadero a ver a las hadas. Lucía, que se da cuenta de que no va a tener el cumpleaños esperado, se pone triste, pero se lo oculta a Mario porque no quiere que el recuerdo de Jimena le haga venirse abajo. Será Julia la que averigüe el deseo de Lucía e intentará darle a la niña el mejor día de su vida. Pero al final nada saldrá según lo previsto, aunque la familia descubrirá que lo importante de un cumpleaños no es cómo se celebra, sino con quién.

Madre mantiene secuestrada a Ana. Su relación se remonta a los orígenes del Proyecto Elefante y Madre la acusa de traicionarle. Sin embargo, Ana le hace ver que ella ya no tiene la lista de todos los niños con poderes. Madre sufre un duro revés, pero no está dispuesta a soltarla sin saber que se trae entre manos en Valleperdido. Ana intentará ocultárselo con todas sus fuerzas, sobre todo para proteger a su hijo Leo que está empezando a desarrollar sus poderes. Al final, Ana recibirá la ayuda de alguien cuya relación también tiene que ver con su pasado.

Sandra estrecha su nueva amistad con Michelle. Lo que no espera es que esa relación la lleve a poner en peligro a varios niños del colegio. Sandra sabe que tiene que aceptar las consecuencias de sus actos y está dispuesta a entregarse. Pero lo que no no sospecha es que todo lo que ha pasado forma parte de un plan de Michelle, que intenta separar a la familia de una peculiar manera.

Leo sigue con extraños síntomas que le tienen muy preocupado. Culebra, por su parte, es testigo en más de una ocasión de estos síntomas y sabe que pueden ser son los característicos del brote de un poder. Culebra intenta hablar con Leo para ayudarle, incluso se pone en peligro por intentar ayudar a su amigo, pero al final Leo no cederá. Entonces, inesperadamente, Culebra llegará a un lugar tan sorprendente como esperanzador. Un lugar que puede significar que Sandra y él algún día podrán tocarse y estar juntos.

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