Olmo no sabe dónde está Pepa y eso le inquieta. Le pide a Soledad que controle sus nervios.
Pepa y Tristán viajan enfrascados en su “investigación” mientras Gregoria se siente fuera de lugar. Cuando lleguen al pueblo Pepa y Tristán consiguen localizar a la persona que buscan, pero no es notario ni abogado. ¡Es un joyero! El joyero les cuenta cuál fue su relación con Águeda, había encargado un anillo para Pepa.
Soledad y Juan se encuentran por casualidad. Saludos tensos.
Gregoria se siente engañada por los boticarios, después de tanto tiempo esperando, las medicinas eran de otra farmacia. Le han vuelto a fallar. Y no sólo eso sino que ofrecen a Paquito explicaciones confusas sobre sus lazos familiares. Los boticarios ocultan algo…
Raimundo no es capaz de acercarse a su hija. Le promete que todo cambiará pero ella no le cree. Alfonso no quiere que el asunto de la casa de comidas les afecte como pareja, pero eso es imposible.
Francisca le cuenta al investigador que antes de ser hermanos, Pepa y Tristán fueron amantes. Zamalloa empieza a sentir un interés por Pepa que nada tiene que ver con la investigación.
Cuando Pepa se ha marchado del pueblo y Tristán ha vuelto con Gregoria, le pide a su novia que vea sola el primer acto. Él tiene que volver a hablar con el joyero. Ella no puede estar más decepcionada.
El joyero da una nueva pista que conduce a la Casona. Francisca tuvo algo que ver.