Tristán deduce dónde está Martín y va a por él. Lo encuentra sin problemas, se ha escondido de Pepa, a quien no quiere ver. Tristán se encarga de tranquilizarlo y le prepara para la conversación que quiere que tenga con la partera, su auténtica madre.
El Marqués quiere tender una trampa a Juan y darle una pistola con balas de fogueo, pero Rosario se entera del plan a tiempo y pueden dar el cambiazo. En el momento del duelo el Marqués queda en evidencia y Juan le perdona la vida haciendo que le devuelvan a Francisca la mitad de su hacienda, por el pago del título nobiliario que va a quedar en nada, pues la boda de Soledad y éste se cancela.
Por su parte Alfonso y Ramiro encontrarán a Mauricio y al compinche detrás de los arbustos dando al traste con el plan de matar a los dos duelistas.
Pedro ha conservado su posición gracias a las fotos de Hipólito, y ahora que ya no hay nada que lo ate a la fotografía, el chico decide vender todo el material, buscará otra profesión. Dolores está embarazada.
Juan rompe definitivamente con Soledad, nunca serán ni de la misma clase ni podrán tener la misma vida. Ahora, dice él, están en paz, no se deben nada.
Francisca se entera por Don Anselmo que Raimundo está a punto de morir. Francisca hace traer a Raimundo, esclarecen su pasado, los reproches sinceros acaban en verdaderas declaraciones de amor y de pronto Raimundo sufre un ataque, parece que muere.
Pepa tiene que decidirse porque Alberto se marcha pronto y le pide consejo a Don Anselmo. Finalmente acepta y tendrán que decírselo juntos a Emilia...cuando lo hagan la chica se llevará el disgusto de su vida.
Por su parte, Tristán llega tarde y se entera de que Pepa y Alberto están prometidos. Emilia con toda la rabia de sentirse traicionada escribe toda la verdad sobre Pepa en una carta a Francisca.