Luca Rodi

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ENTREVISTA CON LUCA RODI

Luca Rodi: "Es muy complicado demostrar tu cocina en Top Chef"

Para muchos televidentes, Luca Rodi es la cara más simpática de Top Chef, el concurso en el que diferentes cocineros se baten a duelo de cuchillos (entre fogones, claro) para conseguir ser el mejor cocinero televisivo de España. Otros muchos lo conocemos desde hace años como el cocinero de Dabbawala, uno de los mejores y más creativos restaurantes de la capital. Participa en Top Chef para darse a conocer y también a su local, un sueño que comparte junto a su socio y amigo de la infancia, Pablo Tamargo. Nos ha hecho un hueco para charlar, delante de un buen café, en su local, y nos ha preparado Ventresca de bonito ahumada con salsa de pimiento rojo y cebolletas quemadas con aceite de humo y ajo, uno de los platos del concurso más delicioso de la televisión.

¿Cómo está siendo la experiencia de participar en este concurso único?
Yo en mi vida me había presentado a un concurso, no soy una persona a la que le guste competir. Pero me llamaron para ver si quería presentarme al casting de Top Chef. Al que me preguntó le dije: "Es una pregunta trampa, porque si digo que no me voy a arrepentir toda mi vida, es algo que ocurre una vez". Pero también te planteas si puede perjudicar a tu imagen y carrera. O te puede ayudar mucho, claro. Dije que sí, obviamente.

Y los primeros días arrastras tus propios miedos.
Lo primero era conseguir entrar, y entré rapidísimo. Y ese miedo lo superé. Luego, cuando estás dentro, y especialmente al principio, es competir contra ti mismo. No miras lo que hace el resto, estás concentrado en hacer tu prueba y pasarla bien. Y como experiencia, es muy divertido y positivo, he conocido a muy buena gente y me lo he pasado muy bien. Mola conocer la televisión por dentro, aunque también es muy cansado; son muchas horas de grabación, con horarios infinitos que nunca acaban.

¿En Top Chef estás siendo el Luca Rodi que quieres ser?
Es difícil hacer tu cocina en estas pruebas, que son rápidas y de agilidad mental, en las que tienes que descartar muchas preparaciones por tiempo. Hay que hacer una cocina muy fresca. Y normalmente, al menos en mi caso, tú cocinas pero piensas, haces pruebas... desde que planteas un plato hasta que se lo das a un comensal pueden pasar días o semanas de probar, meditarlo... es un proceso largo. Y en el concurso es al contrario, vas a toda leche y debes pensar rápido; tienes muchos ingredientes, o nada de lo que te gustaría tener, y es difícil demostrar tu cocina. En algunas ocasiones sí lo he conseguido.

¿Qué tal la relación con los compañeros?
Me llevo muy bien con todos. Durante las pruebas hay tensión y tienes enfrentamientos y discusiones, pero es normal. Es estrategia, convivencia y trabajar en equipo, y hay roces naturales. Pero terminado el momento, ahí para. Eso ocurre también en las cocinas reales; durante un servicio puede haber tensión, puedes tener un rifirrafe con un compañero, pero cuando acaba el servicio, eso se queda ahí.

Y con Chicote... ¿No te has sentido ni un poquito intimidado?
Es un tío duro, pero al mismo tiempo entrañable. Sí que es verdad que tiene mucha presencia, y cuando lo tienes al lado notas su energía, pero salvo esa rotundidad con la que habla, tiene una parte muy entrañable y yo me he sentido cómodo con él.

Al margen de por la experiencia, ¿Qué esperas de tu paso por el programa?
Yo creo que todos nos hemos presentado para lanzar nuestra carrera o nuestro restaurante. Y esto es lo que he hecho yo. Me he presentado a Top Chef para tener repercusión y que vengan más clientes a Dabbawala, para que sientan la curiosidad de conocer el restaurante. Ahora lo más importante es hacer tu trabajo muy bien, mejor que nunca. Porque viene mucha gente a verte, pero si consigues que esa gente, que no hubiera venido si no salieras en la tele, darles de comer bien y a un precio razonable, volverán. Y eso es lo importante: que vuelvan.

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