El 'sexting' (formado a partir de los términos ingleses 'sex' y 'texting') se ha convertido en una práctica habitual que ha provocado sonoras rupturas en matrimonios y protagonistas en las noticias de la prensa rosa.
Al golfista Tiger Woods le gustaba intercambiar mensajes eróticos con la actriz porno Jocelyn James, que vió una oportunidad de engrosar su cuenta corriente haciéndolos públicos. Algo parecido le pasó a la actriz Eva Longoria, que pilló a su marido, Tony Parker enviando mensajes a la Erin Berry, la mujer de un ex compañero del baloncesto.
Sandra Bullock protagonizó uno de los divorcios más sonados de 2010 al descubrir los mensajes de alto contenido sexual entre su marido y una modelo de tatujaes desconocida hasta ese momento.
A veces el 'sexting' no tiene consecuencias negativas. Para la actriz y cantante Hillary Duff, intercambiar fotos en paños menores con su marido era una forma de mantener su matrimonio 'más divertido e interesante'.
Conocidas son las fotos de ídolos adolescentes subidas de tono como Miley Cyrus o Paris Hilton, que ven como todo su glamour se desvanece de la noche a la mañana al hacer público sus momentos más íntimos.
El fenómeno se vuelve más peligroso al tratarse de menores de edad. Muchos chicos consideran que el 'sexting' sirve como diversión o para ligar. El problema es cuando se utilizan imágenes como venganza. Se trata de imágenes captadas en el seno de una relación ya pasada que comienzan a circular por Internet sin el consentimiento de la víctima.
En junio de 2008, Jessy Logan, una chica norteamericana de 18 años, se suicidaba al ver cómo una fotografía que ella había enviado a su novio en la que ella aparecía desnuda, había sido distribuida por todo el colegio.