Por qué la cara es donde más se nota la edad

Una de las partes más importantes de nuestro cuerpo es nuestro rostro. La cara es lo que más solemos proteger, ya que es una de las más expuestas a los condicionantes externos, al aire, al sol... Y en ella aparece los primeros signos de que nos estamos haciendo mayores.

La piel de esta parte del cuerpo es muy delicada, ya que debe de amoldarse a nuestra estructura facial y a nuestros movimientos. Al ser más jóvenes, la capa de grasa existente tiene mayor volumen y firmeza, pero con el paso del tiempo, se pierde esa cantidad de grasa y va adelgazando de forma desigual, provocando la primera aparición de las arrugas.

Cuando más mayor nos hacemos, nuestro cuerpo va cambiando, afectando a diversas áreas de nuestro cuerpo. Los huesos faciales también se ven afectados, las órbitas se hacen más grandes y profundas, provocando que nuestros ojos parezcan hundidos. Los maxilares donde se localizan nuestros dientes pierden gran cantidad de firmeza y densidad. Debido a esta circunstancia, nuestra nariz parece mucho más caída y arrugada y, por último, se reduce nuestra cantidad de mentón. En cuanto a los pómulos altos su proceso es menos marcado, y permite que los efectos del paso del tiempo sean menos visibles.

Las cremas antiarrugas y reafirmantes pueden mitigar los efectos de esa reducción de grasa hasta cierto punto, sobre todo si localizamos en ellas los principales activos necesarios y que sean de calidad. Pero no reducirá por completo el paso del tiempo, la piel pierde esa densidad y contra eso no podemos hacer nada.

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