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Ocho ingredientes que deberías incorporar a tus ensaladas de verano

Lechuga, tomate y cebolla. Tus ensaladas pueden ser mucho más que estos tres ingredientes si incorporas algunos alimentos que las van a hacer vistosas y originales. Y no, no hablamos de palitos de cangrejo, maíz enlatado o una lata de atún. ¡Ponte creativo y alegra tus ágapes de verano!

-ensalada

Huevos, patata, espárragos, tofu... ¡Bienvenidos ingredientes nuevos!Cocinatis

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1- Brotes verdes. La base no siempre tiene por qué ser lechuga, de hecho nos aburriremos mucho si no innovamos nunca. Brotes variados, escarola, col, col lombarda, canónigo, rúcula, kale... Variar no sólo hará que sea más divertido comer ensalada, sino que nos permitirá ampliar el abanico de nutrientes de nuestra dieta diaria.

2- Tofu. Los detractores a muerte del tofu que, sin embargo, no renuncian en sus ensaladas al queso de Burgos de rigor, deberían intentar sustituirlo por tofu de vez en cuando. De aspecto y textura similares y con un sabor neutro, el tofu va a ser un complemento perfecto para el resto de ingredientes de nuestras ensaladas, además de ser muy poco calórico y una fuente excepcional de proteínas. En verano, cuando comemos poca carne y pescado y tiramos mucho más de ensaladas y alimentos crudos, es importante garantizar este aporte proteínico. Y el tofu puede ser un buen aliado.

3- Legumbres. Llegó el momento de dejar de asociar el consumo de legumbres a los tradicionales platos de cuchara de invierno. Una buena manera de seguir comiendo garbanzos o lentejas en verano es acostumbrarnos a incorporar un puñado en nuestra ensalada, pues nos vamos a asegurar de recibir el hierro que necesitamos. De hecho, no hay que complicarse mucho la vida: basta con tener siempre disponible un bote de legumbres ya cocidas e incorporar el gesto a nuestro día a día. ¿Que no nos apetece demasiado comer legumbres en verano, ni siquiera frías? Otra buena opción es incorporar a nuestra ensalada una bolita de hummus. Es muy sencillo de hacer y sienta estupendamente en verano.

4- Semillas. Chía, lino, sésamo... Hay un montón de semillas en el mercado que nos van a aportar vitaminas y minerales, además de favorecer el tránsito intestinal y actuar cómo diuréticas. Conviene incorporar una cucharadita a nuestras ensaladas.

5- Vinagretas divertidas. Más allá del manido aceite, podemos incorporar salsas y vinagretas caseras que van a cambiar el sabor de nuestros platos y hacer que no nos aburramos nunca. Pero ojo con las salsas: a menudo apostamos por la ensalada como comida porque es ligera y baja en calorías y acabamos añadiendo unas salsas que la convierten en un plato más calórico incluso que una hamburguesa.

6- Frutas. Con cuidado de no caer en combinaciones imposibles y mezclas de sabores criminales, acostumbrarse a incorporar frutas a nuestra ensalada es una buena idea, por más que ciertas corrientes de la nutrición aseguren que las frutas deben comerse siempre solas, pues ralentizan y dificultan la digestión. En verano hay una serie de frutas maravillosas que sientan perfectamente a la ensalada: sandía, melón, melocotón... Por cierto, ¿has probado a hacerlas a la plancha?

7- Quinoa. Cuando decidimos que nos aburrimos de la ensalada verde solemos optar por la manida ensalada de pasta. Una idea excelente, si no fuese porque de ésta también nos acabamos aburriendo. Cuscús o quinoa son buenas alternativas a la pasta cuando nos apetece un plato más consistente.

8- Patata. También puede ser una buena base para la ensalada, ya que bien fría está deliciosa. Podemos acompañarla de unos huevos y algo de atún, tal vez unos guisantes y tomates frescos, y ya tendremos una rica ensalada improvisada en unos minutos, fresca y consistente.

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