Soledad

Hallan a una pareja de ancianos muertos en Moaña: la mujer murió días después que su marido tras no recibir sus cuidados

El hombre, que se hacía cargo del cuidado de su mujer impedida, habría muerto hace unas semanas y ella poco después.

El drama de la soledad de nuestros mayores escribe hoy un nuevo y doloroso episodio en Moaña, en Pontevedra. Dos octogenarios han sido encontrados sin vida en su casa. Habían fallecido hace semanas.

Todo apunta a que primero fue el hombre el que perdió la vida, por causas naturales, en el cuarto de baño de la vivienda. Días después, y tras no recibir cuidados, su mujer falleció en la cama. Estaba impedida y era su marido el que se encargaba de ayudarla.

A pesar de que tenían al menos una hija, que vive fuera, no fue ella la que dio la voz de alarma. Lo hizo el propietario del piso en el que vivían como inquilinos que, tras intentar contactar con ellos en reiteradas ocasiones, alertó a la Policía.

Cuando los agentes llegaron no pudieron acceder a la vivienda porque el matrimonio había dejado la llave puesta por dentro y, tras alertar a la hija de los sucedido, entraron en el piso rompiendo una ventana.

El cadáver del hombre se encontraba en avanzado estado de descomposición

El cadáver del hombre, según la Policía, se encontraba en un avanzado estado de descomposición, y el de la mujer se hallaba en la cama. Todo apunta a que falleció días después que él.

Los vecinos comentan que llevaban tiempo sin verles, y que tampoco tenían una relación fluida con nadie de la zona pese a que llevaban un par de años viviendo allí. "Yo ya pensé que ni estaban aquí, por lo menos hace un mes que no me los encontraba. Eran mayores y tampoco se dejaban ver mucho", dice la inquilina del piso superior al suyo.

La evidencia de que las muerte se produjeron hace tiempo la encontramos a través de una de las ventanas del inmueble, que da al mar. Tras ella se puede ver, todavía el árbol de Navidad colocado en la sala.

En la zona reina hoy la tristeza y se reabre el debate sobre la soledad de los mayores y el desenlace de muchos de ellos al encontrarse sin ningún tipo de compañía. "Los jóvenes cada vez tienen que atender más a sus trabajos y a sus vidas pero, ¿quién nos cuida a nosotros? Estamos solos", nos dice uno de los vecinos.