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los agricultores están preocupados

La granizada en Valencia destroza el 70% de los cultivos

La granizada que cayó este miércoles en zonas de Valencia como Utiel ha supuesto el fin de muchas cosechas. Esta mañana los agricultores han hecho balance de daños y anticipan una campaña nefasta.

La tormenta de granizo que descargó durante la jornada de este miércoles en la Comunidad Valenciana ha causado daños en la agricultura que, en algunos casos, en las comarcas de Utiel-Requena y la Ribera alcanzan una magnitud considerable: alrededor de 1.500 hectáreas, de las cuales en torno a 1.000 se encuentran en Utiel-Requena y el resto en la Ribera.

La uva de vinificación sí ha sufrido daños importantes y las explotaciones radicadas en la franja de terreno comprendida entre las poblaciones de Utiel y San Antonio se han llevado la peor parte. El grado de afección en algunas parcelas supera el 70% y las variedades que han sufrido mayores daños son la bobal, mayoritaria en la zona, y también la chardonnay y la macabeo.

En estos momentos, el cultivo se encuentra en su fase inicial y el pedrisco ha destrozado no pocas yemas con el agravante de que en el caso de la bobal la segunda brotación ya no produce uva, con lo cual la cuantía final de las pérdidas puede resultar muy elevada para aquellos agricultores cuyos campos se han visto sacudidos por el pedrisco. También existe riesgo de que se registren daños por marchitez fisiológica.

Tampoco los almendros se han librado de las consecuencias de la piedra, que ha tirado al suelo una cantidad apreciable de frutos, principalmente en el área ya mencionada y también en el término municipal de Sinarcas, donde el cereal ha sido el otro cultivo que ha resultado castigado por la tormenta.

Si bien no queda demasiada cosecha por recolectar, la variedad de naranja Valencia presenta daños en la piel y el pedrisco también ha dejado su rastro en los primeros, y todavía muy incipientes frutos, de las variedades extratempranas de la futura campaña.

Las plantaciones de caqui, sobre todo en las zonas más precoces donde ha comenzado ya la floración, registran igualmente daños de intensidad desigual.

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