Las ventanas virtuales ya se emplean en algunos edificios y en transatlánticos de lujo. Imágenes que en ocasiones superan la realidad.Las posibilidades que se abren son infinitas. Una pared sin ventanas  que con un par de pantallas y una pequeña obra se convierte en una habitación con vistas a cualquier lugar del mundo.

El “invento” se completa con un sensor con el que podemos cambiar el punto de vista, siempre en función de si nos acercamos o nos alejamos de la ventana virtual. Es la ultradefinición que supera los límites visuales poniéndolos al servicio de nuestros deseos e imaginación.