Este superávit, representa el 0,62% del Producto Interior Bruto (PIB) y es el resultado de unos ingresos de 33.529 millones de euros, que aumentaron el 2%, frente a unos gastos de 40.275,5 millones de euros, que subieron el 0,48 %. Del total del gasto no financiero de la Seguridad Social, el 93,68 %, 31.411,35 millones de euros, fue por prestaciones económicas a familias e instituciones y, dentro de este concepto, la mayor partida, 30.203,45 millones, correspondió a pensiones y prestaciones contributivas, que crecieron el 4 % en un año. La disminución de superávit hasta abril se produce después de que en el primer trimestre aumentara el 2,44 % respecto al mismo periodo de 2010, lo que supuso la primera subida desde septiembre de 2008.
No obstante, el secretario de Estado de Seguridad Social, Octavio Granado, destaca que la Seguridad Social mantiene el superávit cuando encara el cuarto año de crisis económica y subraya el importante aumento del gasto en pensiones. Dicho gasto, señala Granado, ha sido por la revalorización de las pensiones mínimas y por la subida de todas las pensiones por la desviación de la inflación el año pasado. Para las pensiones (invalidez, jubilación, viudedad, orfandad y en favor de familiares) se destinaron 28.149,38 millones, un 5,05 % más que el año pasado. Las prestaciones por maternidad, paternidad y riesgo durante el embarazo se elevaron hasta los 743,4 millones de euros, un 0,14 % menos, mientras que para incapacidad temporal el gasto fue de 1.138 millones, el 13,4 % menos.
En cuanto a las pensiones y prestaciones no contributivas, el gasto descendió el 1,35 % con 1.207,9 millones, de los que 532,72 millones (el 6,7 % más) fue para prestaciones familiares. Aunque bajaron el 2,5 % los gastos de gestión y el 25,25 % los de inversiones, los gastos corrientes aumentaron el 8,35 % especialmente por el IMSERSO, al que se destinaron 41,37 millones más que el año pasado. Según Trabajo, los gastos pendientes de imputación presupuestaria se sitúan en torno a los 1.000 millones de euros, lo que implica una disminución del superávit registrado hasta abril.
En términos de caja, la recaudación líquida de la Seguridad Social fue de 38.320,39 millones, un 1,87 % más respecto al año anterior, mientras que los pagos aumentaron el 2,44 % hasta los 33.375,79 millones. Del total de ingresos, el 91,22 % correspondió a las entidades gestoras y servicios comunes de la Seguridad Social y el 8,78 % a las Mutuas de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales.
De los gastos, el 94,51 % se reconoció por las entidades gestoras y el 5,49 % por las mutuas. En el capítulo de ingresos, las cotizaciones sociales ascendieron a 35.029,51 millones, el 0,98 % menos, debido al descenso del 8,71 % de la cotización de los desempleados, mientras que la de los ocupados sólo bajó el 0,03 %. La Seguridad Social prevé ingresar este año 110.447,12 millones por cotizaciones sociales, de tal forma que los ingresos por este concepto hasta abril representan el 31,72 % de lo previsto para el ejercicio.