Cualquier 22 de diciembre, en cualquier punto de España, con cualquier acento, siempre se repite la misma frase a quienes les ha tocado un pellizco más o menos importante: "Nos viene de perlas para tapar algunos agujeritos que tenemos".
Tapar todos esos agujeros definitivamente es tarea casi imposible para la mayoría, y tan complicado como preguntarle al dueño de una administración que ha vendido números premiados y que no diga que "el número ha estado muy repartido".
"Lo importante es que haya salud y felicidad"
Son frases que forman parte intrínseca del día del sorteo al que más juegan los españoles, lo mismo que el cava o los villancicos. Pero todos sin excepción, todos desean en esta fecha poder decir lo mismo que un conductor de autobús premiado hoy: "Dejo de trabajar ahora mismo".
Los no afortunados son mayoría, aunque siempre hay consuelo si no ha salido el número que se lleva en el bolsillo: "lo importante es que haya salud y felicidad", o "a mi me ha tocado con mis amigos", o "la Navidad no es lotería, sino estar con la familia", y el resignado "virgencita, virgencita, que me quede como estoy".