Su envoltorio promete burbujas relajantes y asegura que, añadidos al agua, estos polvos reproducen los cálidos manantiales naturales del mar griego. Pero lo cierto es que esas presuntas sales de baño provocan otro tipo de viajes, mucho más peligrosos. Estas "sales" ya han provocado varias muertes de usuarios que se pasaron con la dosis o que no la asimilaron bien. De hecho la D.E.A, la Agencia antidroga norteamericana la ha catalogado como "la droga del suicidio" por el alto porcentaje de personas que la consumen y posteriormente acaban con su vida.

Enviando muestras a un laboratorio descubrimos que "Ivory Wave" contiene, entre otras cosas, MDPV, un fuerte estimulante capaz de provocar gran euforia, pero también con efectos secundarios muy desagradables. "Después de la subida viene la bajada. Y también pueden aparecer taquicardias, hipertensión, ansiedad, o bajones de ánimo. El balance entre los efectos deseados y los no deseados es peor que el de las drogas clásicas" asegura uno de los doctores que hemos consultado.

Quienes las comercializan saben cómo eludir controles. Añaden al envoltorio la etiqueta de "no apto para consumo humano" y en sus instrucciones emplean un doble lenguaje. Diciéndo textualmente: "El efecto de nuestras sales durará varias horas. Por favor, espera unas horas entre aplicación y aplicación para asegurarte una buena experiencia". Un simple juego para burlar los controles, porque al precio de 35 euros, la idea de transformar la bañera en unas termas grecorromanas saldría bastante cara.