En este capítulo, Francisca no se molesta en disimular la pésima impresión que le causa Terence por el color de su piel. Mientras, el marido de Soledad se muestra como un hombre culto y refinado… y quizás demasiado optimista.
Francisca se topa con Tristán y Candela, que ejercen de novios formales. ¡Menuda perra suerte está teniendo con los hijos que le han salido!
También se produce la presentación de Terence en el Jaral, con una pasmosa comparativa de reacciones.
María vela a Fernando y Mariana le anuncia que tiene una visita en la sala de espera. Es Aurora, a la que María le pide que le diga a Gonzalo que la visite. Así, en el encuentro de Gonzalo y María ambos renuevan sus esperanzas y sus expectativas.
Reaparece Ricardo, el marido de Candela, al que ésta consideraba muerto.