Pepa recibe el consuelo de Tristán y se prepara para acudir a la Casona, ilusionada por ver a Martín, como Tristán le había prometido. Pasará la tarde con él y eso le hará olvidarse del mal trago que ha pasado con la muerte de Leandro.
Emilia no sabe qué responder al prestamista y se siente desesperada tras sus proposiciones porque sabe que su padre necesita urgentemente saldar esa deuda. Lo que sí tiene claro es que no va a casarse con Hipólito y habla con él claramente, hundiendo las esperanzas del chico.
Francisca castiga físicamente a su hija Soledad tras confesarle su amor incondicional por Juan y Mariana comprueba sus heridas, ayudando a curárselas, horrorizada por la situación. Pero Soledad no se doblega y no piensa dejar de amar a Juan, así que su madre la encierra en su habitación hasta próximo aviso, ocultando la verdad a sus allegados.
La fiesta del pueblo se celebrará y Pedro se muestra conforme y satisfecho, ignorando que no es mérito suyo, sino un acuerdo al que han llegado su mujer y don Anselmo a sus espaldas.
Angustias, mejorada en tiempo récord, vuelve a la Casona y sorprende a todos con su aparente normalidad.