Sara empieza a interesarse por la figura de Carranza. Está a gusto en el pueblo y congenia con Flor, la maestra, pero se llevará una desagradable sorpresa cuando Miguel Romero la tenga que encerrar en el calabozo por el altercado acaecido en la posada con el concejal de un pueblo vecino.
Miguel es ascendido a teniente de la Guardia Civil y recibe la orden de capturar a Carranza, vivo o muerto. Su compañero Morales, por su parte, prefiere no arriesgar demasiado su pellejo para seguir con una vida más o menos cómoda en el pueblo.
Los sueños de futuro de Tomás se desvanecen cuando comprende que ha sido víctima de una estafa por parte de un falso tratante de caballos. De momento, no quiere contar lo sucedido a su familia.
Álvaro Montoro se encara con el torero que pretende a su hermana, para hacerle desistir en la relación. Margarita, la prometida de Álvaro, siente que su amado no le hace mucho caso, pues siempre antepone los negocios a la relación.
Sara Reeves es puesta en libertad tras el pago de la fianza por parte de la Maña. La joven inglesa parece que ha encontrado el argumento definitivo de su novela y el motivo para quedarse en el pueblo: los bandoleros. Y se lleva una gran sorpresa ante la llegada de su tío Richard Thomas.
Carranza espera reacciones tras la muerte del guardia civil infiltrado. Juan Caballero es el encargado de recabar información por el pueblo. Tras saber que la Guardia Civil va a llevar refuerzos a Arazana, Carranza cree que lo mejor será disgregar la banda. Pero el Chato no está de acuerdo.
Álvaro Montoro enfrenta a la dura realidad a su hermana Eugenia, que no hace más que tacharlo de egoísta. Le demuestra que el torero del que se ha enamorado es un mujeriego consumado y un sinvergüenza.
Tomás está desesperado. No encuentra por ningún lado al estafador para recuperar su dinero y no quiere que su familia se entere de lo ocurrido. Decide acudir a Álvaro Montoro para pedirle un anticipo del jornal.