Tras darle Pelayo una segunda oportunidad, y para alegría de Serafina, Lucia trabaja con una actitud mucho más positiva en el bar. Pero la joven no está feliz porque ve que Américo está muy interesado en Dorita, que acaba de entrar a trabajar en el Café Reyes.
Aunque lo intenta, el trabajo de Marcelino de representante de licores no está hecho para él.