Inés tiene un encuentro con Mauro en la sala de interrogatorios, le cuenta que está acusado de parricidio y que le investigan por la muerte del portero. Héctor, tras una emotiva conversación con Marcelino, decide ir a recoger a su padre al asilo. Emilia, en una conversación con Pía, le confiesa que ya no cree en la inocencia de Mauro. Tomás, desesperado tras el descubrimiento de que Roberta está casada, decide marcharse para siempre. Roberta, cuando se entera de su marcha se derrumba desolada.
Inés confiesa su desesperación a Macarena al ver que tiene el bufete cerrado, y no puede ayudar a Mauro, su amiga le hace comprender que puede recurrir a Alicia. Inés decide también llevarle a la abogada toda la documentación que le dio Arturo sobre los casos políticos. Una Amparo angustiada y desesperada, solicita ayuda a Pelayo para que la esconda de la policía, éste lo hace sin dudarlo; después, cuando el peligro ha pasado, Amparo se lo agradece a Pelayo con un cálido beso. El piso de Inés es asaltado, todo parece indicar que quien lo hiciera, estaba buscando los documentos que ya le había dado a Alicia