Cruel final: Elena se mofa de Federico en su lecho de muerte

Elena, tras enterarse de la mejoría de Federico, ha ido a la residencia y, sin rodeos, le ha confesado su mayor secreto: "Sí, fuimos Chimo y yo. Lo convencí para que manipulara tus frenos y he tenido que cargar en mi conciencia con la muerte de Mario por tu culpa".

La mujer le ha dejado claro que durante muchos años ha apoyado a Chimo, evitando así que desvelara la verdad. Pero todo cambió cuando descubrió que era hijo de Federico y tuvo que tomar cartas en el asunto: lo envenenó y después fingió su suicidio.

Burlándose de su situación, Elena le ha dicho que tomó una mala decisión al dejar su medicación en sus manos. "¿Nunca te has preguntado cómo has llegado hasta aquí?", le ha soltado mientras llegaba el siguiente reproche.

La situación ha sobrepasado a Federico y, en cuestión de minutos, ha sufrido otro infarto. Antes de marcharse de este mundo, el hombre se ha enterado de que Elena y Crespo eran amantes.

Mientras se regocijaba en su muerte, la matriarca de los Quevedo le ha dedicado unas últimas palabras de despedida, dándole las gracias por ponérselo “tan fácil”.