Al amanecer, Laura despierta tumbada en un banco del parque. La policía cree que fue asaltada para robarle pero la verdad es que el secuestro ha sido obra del CIL para disuadir a Jorge de su decisión de abandonar la organización.
Ismael llama desde el Congo y dice que está bien, aunque destrozado por la muerte de Isabel.
Juan consigue que a Lucía la culpen del robo de los perfumes y que Aquilino la despida de la droguería.
María comunica a la familia su intención de meterse monja.
Benigna y Arratia, para alegría de Fortunato, sellan su amor.