Estos son los trucos para evitar sustos por atragantamiento con las uvas en Nochevieja

Nochevieja se acerca y con ella, la tradición de tomarse las doce uvas con las campanadas de media noche. Unos las pelan o les quitan las pepitas, otros las meten enteras, otros se quedan atrás y otros prefieren optar por cacahuetes u otro pequeño alimento que las sustituya.

Sin embargo, para los que decidan comerse las doce uvas, es aconsejable seguir una serie de consejos para evitar un susto o una tragedia por atragantamiento, ya que cada día fallecen en España unas seis personas por atragantarse con alimentos.

Los niños y las personas mayores son los que más riesgo tienen a la hora de atragantarse, bien porque los primeros aún no han desarrollado todas las capacidades para tragar y masticar bien todos los alimentos, y los segundos porque van perdiendo las capacidades y la masticación puede ser más torpe.

Por ello, Héctor Castiñeira creador de la cuenta 'Enfermera Saturada' donde divulga y visibiliza el trabajo de la enfermería, ha facilitado este miércoles en Espejo Público unos trucos para que esta Nochevieja no acabe mal por culpa de las uvas.

Debido a su pequeño tamaño y la textura de su piel resbaladiza, puede causar una obstrucción de las vías respiratorias al ingerirlas rápidamente en pocos segundos y actuar como un tapón en las vías aéreas, cortando así la respiración. Por ello, Castiñeira recomienda cortar cada uva en cuatro trozos de forma longitudinal, o en ocho en pequeños trozos. En su defecto, quitarles la piel y las pepitas, también es otra opción para evitar este tipo de episodios respiratorios. Hablar mientras comemos las doce uvas rápidamente o que nos entre un ataque de risa, puede motivar también este atragantamiento.

Qué hacer en caso de atragantamiento

En caso de atragantamiento, la maniobra de Heimlich es la mejor opción en caso de atragantamiento. Se trata de un procedimiento que se usa para ayudar a una persona que se está asfixiando, a expulsar el aire de los pulmones provocándole la tos para sacar el alimento que le está obstruyendo las vías respiratorias.

Para ello, abrazamos por detrás a la persona que se está ahogando, poniendo los brazos a su alrededor, por debajo de las axilas. Agarramos nuestras manos colocándolas en la zona de la 'boca' del estómago. Una mano cerrada en puño y la otra agarrándolo. Presionamos con un golpe fuerte y seco en el abdomen de la persona para que expulse el objeto o alimento de sus vías respiratorias.

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