Sonia Bañeza, aunque su documento de identidad sigue diciendo Carlos, tiene 43 años, dos niñas y una empresa de pinturas. Hasta hace poco más de un año ha vivido en pareja con una mujer a la que ha amado y con la que ha tenido dos hijas. La mayor tiene 5 años, la más pequeña 18 meses.
El entonces Carlos, se separó de la que era su mujer estando ella embarazada de la más pequeña. En ese momento, su imagen era la de un montañero vasco acostumbrado a escalar paredes de hielo en los Pirineos. De él decían que era un chico duro, introvertido. "Siempre he intentado llevar la vida que se esperaba de mí. Varias novias, muchos amigos, pero yo sentía que dentro había algo diferente. Me gustaban las mujeres, pero eso no era suficiente", asegura.
"Fue la madre de mis hijos quien tomó la decisión de que nos separásemos y yo me sentí confundido. Consulté con una psicóloga sexual y me advirtió que mi situación era muy difícil y que antes de pensar en un cambio de sexo lo meditase muy profundamente"., se confiesa. En estos momentos, Sonia se está sometiendo a un tratamiento hormonal y tiene previsto operarse en Tailandia.
Su empresa de momento funciona bastante bien, pero tiene miedo de que los clientes piensen que Sonia es peor pintor que Carlos y que su nuevo aspecto siembre desconfianza.
Mientras, Sonia Bustillo, legalmente aún José María Bustillo, es gerente de un taller mecánico en Deusto. Tiene un hijo de 21 años que vive con él y hace cinco años decidió ponerse el mundo por montera en el momento que fue capaz de explicarle a su hijo que su padre era lo que era.
"Yo lo sabía hacía tiempo, pero lo silenciaba por mi hijo. Mi matrimonio fue muy difícil. Me separé de mi mujer y el niño, que entonces tenía once años, se quedó a vivir conmigo. El día que decidí contárselo, le enseñé unas fotos en las que aparecía vestida de mujer. Lo entendió perfectamente y la relación que tenemos entre los tres es estupenda", asegura.
No le ocurre lo mismo con el resto de la familia. Pertenece a una familia de mecánicos muy conocida en Deusto. No esconde que su familia lo lleva mal.