Beatriz trabaja en un bar de la localidad madrileña de Valdemoro. Lo cierto es que, tras la barra, Beatriz siente que no hay vestidos de fiesta para ella. Sin embargo, nos la hemos llevado de compras y las cosas han cambiado bastante. El resultado final es sorprendente.
No es un espejismo, a día de hoy, Beatriz se mira en el espejo de forma diferente "me he llegado a sentir como en 'Prety Woman'. Eso de ir de tiendas probarte todos los vestidos que quieras y no tener que preguntar precios es una maravilla".