En el filme, que habla sobre el terrorismo de ETA, Coronado interpreta a un policía cuya mujer ha sido asesinada en un atentado y cuya hija (interpretada por Aída Folch) resultó gravemente herida, perdiendo las dos piernas. Movido por una irrefrenable sed de venganza, el policía se traslada once años después a Barcelona para infringir al etarra, que cumple condena en prisión, el mismo castigo: matar a su esposa y amputar las piernas a su hijo.