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‘Skins’ se despide como la serie que ha revolucionado el género adolescente

La tercera generación también será la última de ‘Skins’. La serie británica del canal E4 se ha despedido definitivamente con su sexta y excelente temporada.

Skins

Agencias Skins

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Atrás quedan tres generaciones que han reinventado las series para adolescentes ofreciendo un retrato crudo pero realista de la generación teen actual. ‘Skins’ no sólo ha roto moldes temáticos en cuánto a al consumo drogas, las relaciones sexuales o el tratamiento de la homosexualidad en la adolescencia, sino que también ha roto moldes narrativos y visuales y ha creado un sello estético y visual propio.

‘Skins’ será de esas series que han finalizado a tiempo y no cuando se convierte en un reflejo vago de lo que llegó a ser. En la quinta temporada se produjo un bajón importante de audiencia y en la sexta la caída ha sido más pronunciada. No así su calidad. La tercera generación ha interesado menos que la segunda, y muchísimo menos que la primera (la mejor de todas). El canal E4 decidió que la serie se despidiera esta temporada de la audiencia y ha saltado del rumor de tres posibles tv movies con actores de las tres generaciones. Todavía no hay nada confirmado al respecto, pero sería un grandísimo broche final.

Este año, la tradicional muerte de uno de los miembros del grupo ha caído sobre la cándida Grace, que ha servido como hilo conductor de la temporada, mostrando los efectos de su desaparición en cada uno de los protagonistas. Y gracias a la trágica muerte de Grace en un accidente de tráfico (en la fantástica premiere rodada en Marruecos) hemos visto capítulos excelentes, en especial los de Liv, Franky y Minie, cuyas actrices merecen un reconocimiento especial. Ha sido muy interesante ver de qué forma abordan el duelo y la pérdida de un amigo en un grupo de adolescentes. Desde su novio Rick (que tuvo el protagonismo del segundo capítulo) hasta las fricciones que provoca en el resto del grupo.

‘Skins’ se aleja completamente de los códigos habituales de las series para adolescentes. Desde los diálogos, naturales y reconocibles, el vestuario (estudiado al milímetro) hasta los innumerables rodajes en exteriores le confieren un carácter único, de serie que no tiene parangón con ninguna otra. Intentar compararla con otras ficciones similares como ‘Gossip Girl’ resulta ridículo por la superioridad creativa de ‘Skins’, que siempre ha arriesgado e intentado dar un paso más allá de lo habitual en el género.

Es posible que la serie acusara cierto desgaste creativo, más motivado por la nostalgia de la irrepetible primera generación que por el agotamiento de las tramas. De las seis temporadas se pueden extraer escenas inolvidables, y de las tres generaciones encontramos personajes excelentes. ¿Quién no recuerda a Cassie, a Cook, o a la enigmática Effy? ‘Skins’ es demasiado buena como para olvidarse de ella una vez terminada.

Música, imagen y diálogo en perfecta sintonía
Además de los diálogos hay algo que define perfectamente el espíritu de ‘Skins’: su ambicioso concepto visual y estético. La banda sonora, que te hace estar pegado al shazam durante todo el capítulo, no tiene desperdicio y se adapta perfectamente a la brillante realización, caracterizada por planos dinámicos, íntimos, que consigue lucir Bristol (localización donde se rueda la serie) como si fuese una ciudad pensada para el cine. Hay muchos que tachan este estilo como si fuese un videoclip, pero se trata de crítica simplona y que proviene de la ignorancia de no haber visto la serie.

Sin ‘Skins’ la audiencia se queda huérfana de una serie adolescente que utiliza un prisma alejado de los estereotipos y se mete de lleno en los problemas que afectan a los jóvenes actuales. No huye de los tabúes ni de las situaciones crudas, sino que las busca y las exprime al máximo. Un casting brillante, una dirección muy bien planificada y un guión valiente sin artificios ni clichés de instituto son la mejor herencia que deja para la historia de la ficción televisiva.

‘Skins’ es una serie de adolescentes, pero no exclusivamente dirigida a ellos. Los que la hemos seguido a lo largo de estos seis años la echaremos de menos. De hecho, ya lo hacemos.

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