ObjetivoTV » Series

NÚMERO DE SERIE

¿Por qué no podemos huir de los guilty pleasures?

Todos tenemos claro que ‘Breaking Bad’, ‘Mad Men’ o ‘Los Soprano’ son series de primera división, las que tienen el mejor guión, a los mejores actores y, desde luego, a los mejores personajes. Un hecho que no evita que de vez en cuando, o incluso a menudo, caigamos en las redes de los llamados guilty pleasures, aquellas series que nos causan vergüenza ajena y diversión a partes iguales. ¿Por qué no podemos resistirnos?

Pretty Little Liars

ABC Las protagonistas de 'Pretty Little Liars'.

Publicidad

Para cuando no tienes excesivas ganas de pensar, o llegas cansado a casa, las series guilty pleasures son el remedio perfecto. ¿Hay algo mejor que un capítulo de ‘Pretty Little Liars’ en el que le dan la enésima vuelta de tuerca a lo mismo? ¿Cómo puedes resistirte a un cara a cara entre Victoria Grayson y Emily en ‘Revenge’?

Lo cierto es que los guilty pleasures son tan insustanciales como necesarios. Nos ayudan a relajarnos de la tensión de ver un capítulo de ‘Breaking Bad’ en el que se ponen todo tipo de elementos morales sobre la mesa. Los guilty pleasures no se mojan, no se pronuncian sobre ningún tema; funcionan por acumulación de tramas, a través de diálogos largos y explicativos y con ausencia total de sutileza. 

Además, son series perfectas para verlas en compañía y comentar lo que ocurre con otros fans de la serie. Y si es con inquina, mucho mejor. Y es que si hay series que triunfan en los medios sociales, sobre todo en twitter, son los placeres culpables. Y si no que se lo digan a ‘Pretty Little Liars’, que fue la serie que más tuits generó en 2012. Casi nada. 

Pero no hay que pasarse. Si tu catálogo seriéfilo se limita exclusivamente a ver ‘Beauty and The Beast’, ‘The Carrie Diaries’ o ‘Twisted’ y tu canal favorito es The CW, tienes un problema. El exceso de guilty pleasure anula tu capacidad crítica y si sólo te ciñes a ver a este tipo de series ya no hay vuelta atrás y nunca podrás disfrutar de ficciones con más alturas de miras. 
Aunque hay otra cosa que no se puede negar, la música que se emite en los capítulos de este tipo de series suele ser inversamente proporcional a su calidad. Al menos, tu ipod se renueva con cada capítulo. 

Porque no sólo de grandes ficciones vive el seriéfilo, anímate y engánchate, no demasiado, a algún placer culpable. Te sentirás mal, creerás que estás traicionando a tus grandes series, pero déjate llevar y verás que una vez que empieces no podrás parar.

Publicidad