Los impresionantes pendientes de la reina Letizia que ha combinado con un icónico vestido rojo de su armario

Los reyes Felipe y Letizia han puesto el broche de oro a su segunda jornada de Viaje de Estado en Alemania asistiendo a la cena de gala que han ofrecido en su honor el presidente de la República Federal, Frank-Walter Steinmeier, y la primera dama, Elke Büdenbender, en el Palacio de Bellevue.

Una jornada que comenzaba en torno a las 10.30 horas, cuando Sus Majestades eran recibidos con honores en el mismo lugar y por los mismos anfitriones, antes de dirigirse al edificio Neue Wache, donde presidieron una ofrenda floral ante el monumento memorial de las 'víctimas de la guerra y la tiranía'.

Actos en los que la reina Letizia enamoró con uno de sus estrenos más aplaudidos de los últimos meses. Un vestido midi de Carolina Herrera con cintura fajín y apliques florales en los hombros, en un intenso color azul klein de lo más favorecedor.

Ya por la tarde, don Felipe visitaba en solitario el Instituto Fritz Haber de la Sociedad Max Planck, donde protagonizó un breve encuentro con un grupo de investigadores españoles, antes de reunirse con el Canciller de la República Federal de Alemania, Olaf Scholz.

Y, como guinda a esta intensa jornada repleta de compromisos en tierras alemanas, una cena de gala en la que, una vez más, doña Letizia volvió a dejarnos sin palabras con su look, recuperando uno de los diseños más impresionantes de su armario.

Un vestido rojo con capa lateral a modo de manga asimétrica, firmado por Stella McCartney, que la reina estrenó en 2017 en el 50 cumpleaños del rey Guillermo de los Países Bajos.

Uno de sus modelos más icónicos y representativos, que le favorece especialmente y con el que ha demostrado que aunque el rosa fucsia o el azul intenso han ganado terreno en sus apariciones en los últimos tiempos, como ha demostrado durante este viaje, luciendo ambos colores con horas de diferencia, el rojo sigue siendo su color fetiche.

Como complementos, y desafiando a la metatarsalgia crónica y al neuroma de Morton que sufre en sus pies a causa del uso de tacones, la reina se ha subido en unas sandalias de vértigo, 12 centímetros, de Jimmy Choo en dorado, a juego con una cartera de mano metalizada de Magrit.

En cuanto a sus joyas, en esta ocasión y al tratarse de un país republicano, doña Letizia no ha lucido tiara, sino que ha dejado todo el protagonismo a sus pendientes, una cascada de diamantes y rubíes, que lucían especialmente gracias al elaborado moño que despejaba completamente su rostro.

Al margen del deslumbrante estilismo de la reina, si algo ha llamado la atención de la cena de gala ha sido la buena sintonía entre Sus Majestades con el presidente alemán y la primera dama, con la que doña Letizia ha intercambiado confidencias y gestos cariñosos en varios momentos de la velada, antes de que don Felipe pronunciarse un aplaudido discurso en el que ha destacado la afinidad que existe entre España y Alemania: "Con pocos países compartimos tan claramente la visión del mundo que queremos y del mundo por el que nos esforzamos", ha señalado.

El viaje de Estado de los reyes continuará este martes, con una agenda repleta de compromisos que comenzará con un desayuno de trabajo con una representación de empresarios alemanes y españoles y con un encuentro empresarial Hispano-Alemán en la Fundación Bertelsmann.

A continuación, el rey visitará el Bundestag, Parlamento alemán, mientras roña Letizia visitará en el Palais Populaire la exposición temporal de la Colección del Museo Helga de Alvear. Posteriormente, los reyes visitarán el Ayuntamiento de la Ciudad-Estado de Berlín y la Puerta de Brandenburgo, y será al mediodía cuando se desplacen a Frankfurt para inaugurar la Feria del Libro, donde España es país invitado, antes de asistir por la noche a una recepción en honor del presidente de Alemania y su esposa, de respuesta de la Visita de Estado.

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