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Cuidado con lo que comentas: las groseras respuestas del dueño de un hostal a los clientes descontentos
Desde tachar de tiquismiquis a los clientes hasta "asegurar pegarle" una paliza a la ama de llaves, así son las respuestas de Marco, el propietario del hostal en La Palma.
Al sur de la isla de La Palma, sobre el volcánico suelo de Fuencaliente, se sitúa un pequeño hostal para aquellas personas que busquen un alojamiento bien ubicado y a buen precio. La Palma Hostel cuenta además con buena puntuación y la mayoría de los comentarios en páginas como Booking o Tripadvisor son positivos. Marco, el supuesto propietario –en los comentarios figura como propietario-, suele agradecer las valoraciones positivas, pero a la hora de contestar a aquellos que su estancia no ha sido tan agradable, no tiene pelos en la lengua.
"El propietario es un poco tiquismiquis" escribió un cliente en la página Booking. Su crítica pareció no gustar a Marco que le respondió asegurando que "el único problema que tiene el propietario es que no le gustan los tiquismiquis!". "Por lo demás tú también eres un buen chico!", ironizaba el dueño.
Ni los mejores hoteles de cinco estrellas llegan a contentar a todos. Siempre algún huésped termina descontento por algún pequeño detalle aunque a primera vista parezca insignificante. Cova puntuó al hostal por debajo de las expectativas de Marco. Para él, la queja no tenía cabida ya que la mujer había pagado un precio "muy reducido" por una habitación doble. Sin embargo, el propietario "agradecía" la crítica constructiva "por si vienen otros clientes quisquillosos y estípticos".
Las respuestas no se quedan ahí y el canario deja claro que no tiene ningún reparo en responder de forma grosera a aquellos que sus valoraciones negativas son sin fundamento. Manuel llegó al hostal pasadas las 12:30 del mediodía. En su opinión, el casero le atendió "de mala gana" y preguntándole que si le habría costado mucho avisar de la hora que iba a llegar". Parece que este comentario le tocó personalmente a Marco, quien no dudó en sacar a relucir su título universitario (asegura tener un grado en Literatura de la "Universidad más antigua de Europa" y con "las máximas notas") y dejar claro que le "importa un rábano" lo que al cliente le parezca de "buen gusto". Parece que su título universitario le da potestad para tachar de "analfabetos" a algún huésped descontento que se quejó de que le cobraran un ‘extra’ por llegar tarde.
Aunque una de sus líneas rojas parece ser el criticar el trato de los dueños. María se quejó de la mujer que le entregó las llaves del apartamento por "mantenerse distante" y no ser "amigable". En la respuesta, la cual es totalmente surrealista, Marco asegura que "tras leer el comentario" la mujer recibió "una buena paliza". "Así la próxima vez que tenga que atender un cliente lo hará con una sonrisa, lástima que ya, tras pegarle lo más fuerte que pudimos, le falten los dientes!", aseguró.
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